西语助手
2024-11-14
Otra vez, ¿no?
Es fuerte.
Cuando empezaste a tener una cierta fama.
Cuando fuimos al restaurante al salir y esa misma tarde ya había un artículo en una revista.
Bueno amigos, estamos en el único episodio que hacemos en castellano que me hace mucha ilusión y este episodio tenía que ser en castellano porque mi siguiente invitado es una persona muy especial que la conozco de toda mi vida,
que nos ha enseñado a todos cómo cocinar y aquí está,
Leticia Soler, mi madre.
No, pensaba hacer hoy, había pensado,
aquí en Berlín hemos podido conseguir tomates,
hacer un tartar de tomates, plato de verano total y súper fácil.
Fácil de hacer.
Fácil y rápido.
Nos empezamos lavando las manos antes de cocinar.
Ella es una chef profesional y yo en mis capítulos...
Me había lamado las manos antes del programa,
pero vamos a enseñar que siempre la higiene es lo más importante.
Eso es, siempre.
Todo bien limpio, tenemos aquí los trapos, la valleta.
Yo me pongo esto aquí.
Muy bien.
Te pongo aquí este.
Esta, ¿eh? ¿No?
-Claro. -¿Sí?
Black is black.
¿Pero qué haces?
Te voy a poner el trapo para que te limpies en el pantalón.
Ah, para que pueda yo coger.
Claro, para que no te manches.
No tenemos delantal.
Mira qué bien.
Pero tenemos trapo.
Esto es top.
Así voy en plan...
Vaya, qué profesional.
Debería usar esto en todos los capítulos.
Eso es.
Vale.
Tenemos cuchillos.
Lo que empezaremos a hacer es...
¿Cortamos los tomates?
Sí.
Vale, pues venga, cogemos.
Tú coges otro tomate, el que quieras.
Bueno, este es más fácil.
Sí, pues algo fácil yo también.
Le quitas la parte del corazón.
Igual te va mejor eso, el cuchillo pequeño.
Corazón.
La parte dura y ahora lo haces así y vamos.
¿Este tomate cómo se llama?
Este es el tomate pebrot, pimiento.
Entonces lo pelas lo más fino que puedas.
Entonces lo que vamos a hacer es, tenemos diferentes texturas de tomates.
Sí.
Y entonces tenemos unos que son más suaves y unos que son más duros,
con lo cual buscaremos el punto de crujiente en todas las recetas.
Básicamente solo vamos a usar tomate casi.
Tomate, sí, un poco de cebollita y un poco de semillas para hacer la presentación y un dressing y ya está.
¿Y cómo empezaste tú cocinando o sea cuando nos dabas de...?
Yo siempre recuerdo que en casa hemos comido estupendamente y mejor que en cualquier restaurante.
Gracias.
Pero, ¿cómo?
O sea, ¿con Buma?
¿Con mi abuela?
-Bueno, la verdad es que... -Ella ha cocinado muy bien también.
Sí, fue un gran ejemplo y a mí me encantaba.
O sea, desde pequeña que me gustaba cocinar.
Incluso tengo, para ayudarla en la cocina,
tengo mi primer libro que tenía 6 años y aún lo conservo.
Es un libro que escribí con mi nombre.
Con 6 años ya pedí mi primer libro de cocina.
Luego le quitamos el corazón.
Se ve que en Berlín hay estos tomates, ¿eh?
Sí, la verdad.
Y tienen una buena pinta.
Ya, porque no se huele, pero...
Un huele muy bueno.
Entonces, ¿ves que aquí hay blanco?
Esto blanco, hay que sacarlo.
Claro.
Va bastante profundo, ¿no?, en este caso.
Sí, sí, depende del...
¿Nunca pensaste que querías ser cocinera o así?
Bueno, de hecho, a ver, siempre me ha gustado cocinar, pero siempre para la familia y así.
Entonces, en mi casa tuve una buena escuela, que era mi madre, obviamente.
Mi abuela también cocinaba muy bien.
Siempre me divertía y, sobre todo, me relajaba.
Yo soy una persona bastante activa y la cocina me relajaba.
El tema del interiorismo también siempre me ha gustado porque ya de pequeña dibujaba casitas y tal.
Siempre me gustó.
Pero al volver de Japón, nos fuimos en el 2001, me reinventé.
Era una época de crisis.
Habiendo estado siete años fuera, no era un buen momento para seguir con el interiorismo.
Había mucha crisis de arquitectura y todo eso.
Y dije, bueno, ¿qué podría hacer?
Y una amiga me dijo, oye, ¿por qué no hacéis clases de cocina japonesa?
Y entonces así empecé.
Y entonces me pasé más a la cocina japonesa porque es lo que había aprendido en Japón y lo que me gustaba.
Yo nunca había comprado este tomate.
Es buenísimo, súper carnoso.
Lo importante es que tiene mucha carne.
Realmente es como un pebrot.
Sí, la forma de pebrot.
Hacemos así y le quitas las pepitas y todo el agua que tenga.
Sabía que ibas a ser el invitado, la invitada con más técnica de la cocina.
Ahora vamos a coger diferentes texturas, pero también diferentes colores.
Sin quererlo, vamos a tener la bandera española.
Por catalán, ¿no?
Porque es amarillo y rojo.
Claro.
Yo lo tuve también hace poco.
¿Ah, sí?
Empecé en casa tal, no sé qué, la crisis.
Me reinventé y luego lo que sí que hacíamos en plan familiar,
como me salieron bastantes caterings,
a raíz de la cocina japonesa, con extranjeros y hablar los idiomas,
pues tuve la posibilidad de hacer bastantes caterings para expatriados y para gente que vivía en España.
Durante un año, entonces, hacía cocina española y cocina japonesa.
Entonces fue súper guay.
Y entonces vosotros hacíais de camareros, que eso era lo más guay.
Yo me acuerdo, nosotros hacíamos de camarero.
Tenía a Gregori y a Álvaro de camareros.
Y luego Marten y Paula también ayudaban en casa.
Yo qué sé, hacer yakitoris, no sé qué, preparar los ingredientes.
Y en ese momento empecé a tener, o sea,
te veía mucho respetado cualquier camarero y gente que trabajaba en la barra.
Valoraste el trabajo.
Vas con los platos que pesan un montón.
Que de hecho también hice de azafato y de cosas así que me tocó hacer de...
Fui con un... Creo que en Paseo de Gracia, en la tienda de por ahí,
de la Fashion Week, iba con una bandeja,
con el champán en medio, porque el champán era el sponsor del evento,
con cinco copas y las tienes que ir llenando cada vez,
y las dabas y con el cava en medio que estaba totalmente lleno.
Y se me cayó por las escaleras todo el suelo.
Y te caíste tú.
No, yo no, pero se ha caído todo eso y ya nunca más me contrataron.
Venga.
Aquí, puedes seguir.
Ya, jamás.
Mira qué chulo.
Este es el tomate azul.
No hay más. Que tiene un color súper guay, súper bonito.
¿Este no es el comato?
Bueno, no, hay el azul.
El comato es como más lila.
Comato sería más esto.
Verde...
Y este es el azul.
Vale.
Mira qué color tiene.
Parece una ciruela.
Una espectácula, sí.
Desde que yo empecé a tener sentido con la música,
yo notaba que algunos amigos sí que cambiaron los míos.
O de repente había amigos por debajo de las piezas.
Totalmente.
En nuestro caso también.
Aparte piensa que nosotros veníamos de una época de crisis bastante fuerte,
económica, y entonces lo pasamos realmente mal.
Y en esos momentos es cuando te das cuenta de quiénes son tus amigos y quiénes no.
Y luego la gente se cree que porque tú tenías dinero...
O dinero no, porque tú empezabas a tener...
No, dinero no.
Tenías éxito por eso.
Y que ya al sacar el primer single ya eres millonario.
La gente no sabe nada realmente.
Y no se lo pueden imaginar lo duro que es y las condiciones que vivías y que vivíamos nosotros.
Siempre ha sido un...
Yo creo que somos las personas que somos un poco a raíz de esto que nos pasó y de estos momentos que tuvimos más duros,
que nos mantenimos unidos.
Al final aprendes a apreciar lo que tienes.
Sí, eso es.
Y gracias a Dios, yo creo, por eso.
Y te has mantenido...
Bueno, todos os habéis mantenido...
Muy sensatos y con los pies en la tierra, y eso es lo más importante para los padres.
Con la familia es fácil, la verdad.
Es como un tartar cuatro tomates, ¿no?
Claro, mira qué colores más guays.
Luego con las cebollitas.
O sea, tomate de...
Me parece un color espectacular.
Tomate de pebrot de pimiento, tomate cordobó, cherry amarillo y tomate azul.
Y así tenemos como un rainbow, un arcoiris muy bonito.
Vale.
Pues ahora lo que hay que hacer es empezar a cortar esto.
Sí.
Vamos a lavar las manos.
Una vez que nos impresionó mucho, estábamos en Italia,
yo creo que era por Monza, y era un centro comercial,
y fuimos papi y yo contigo, te acompañamos en una van y todo esto,
y llegamos y había como 5.000 mujeres,
bueno, niñas, papás, abuelos, en una cola,
impresionante, y estuviste cinco horas, literalmente, cinco horas firmando autógrafos y haciéndote fotos.
Entonces me acuerdo que nos sentamos,
papi y yo, porque ya estábamos cansados,
nos sentamos al lado de los de la Cruz Roja y entonces la señora decía que sobre todo...
No te dieran besos porque los besos eran lo peor porque te iba a contagiar,
que te iban a poner enfermo sobre todo,
dígaselo a su hijo, no sé qué, un estrés con lo de los besos y nada entonces bueno estuvisteis ahí cuatro horas,
cinco horas dando besitos a las chicas, abrazos.
Eran abrazos, firmar discos, eso me impresionó mucho y luego en Milán las anécdotas de que llegamos,
habías ganado el X Factor la noche anterior y al día siguiente era mi cumpleaños y íbamos a Venecia,
que habíais venido todos para la final de X Factor,
entonces ganaste, super contentísimos todos y entonces íbamos a Venecia y nos fuimos a Venecia y no sé si tú pusiste sin darte cuenta de lo que pasaría,
había cantidad de fans ya esperándote en Venecia,
al salir de la estación.
Pero eso era por mí, ¿no?
Era por...
Era por ti, porque habías ganado X-Factor y te habían visto y sabían que ibas.
Igual había puesto algo, no me acuerdo qué había.
No, no, sí creo que pusiste algo.
Este lo estoy sacando como en un...
No, no hace falta, bueno, lo puedes dejar.
Como una páprica.
Vale, ya, ya lo he visto.
Te estiras y luego...
Yo me acuerdo que fuimos, o sea, que estábamos en Venecia y...
Fuimos al restaurante que nos recomendó alguien.
Cuando fuimos al restaurante, al salir,
esa misma tarde, había un artículo de una revista que decía que habíamos ido a ese restaurante.
Porque era buenísimo.
Al salir del restaurante nos hicieron fotos.
Porque el dueño avisó.
Porque el dueño llamó a las paparazzis para que vieran al restaurante.
Y les dijeron que estábamos ahí para que saliese su restaurante en la revista.
Y encima dijo que habíamos tomado la especialidad de la casa con los platos y era mentira.
Sí, fue bastante vergüenza que nos pasara esto.
Mi plato más complicado.
¿Cuál ha sido?
Este que estamos haciendo.
¡Este que estamos haciendo!
Pero si no es complicado.
Es de detalles, pero complicado pues complicado.
Es de mucho trabajo.
Cuando empezaste a tener una cierta fama,
me daba un poco de vergüenza que íbamos contigo y tal,
entonces tú ibas andando como a dos metros delante nuestro,
que no te podíamos seguir, y nosotros íbamos como locos detrás para cogerte,
y entonces te preguntamos, pero Álvaro,
¿por qué corres tanto?
Y entonces dijiste, no, es que si voy rápido,
no me paran, no les da tiempo a llegarme a mí,
y no me paran, y entonces no me hacen la foto,
pero no me paran.
Esto me acuerdo en Madrid, íbamos los cuatro demás, o sea, Paula, Gregory, Martín y yo, detrás tío.
Yo veía a la gente que quería hacerse una foto porque me estaban mirando,
y nosotros no veíamos a nadie.
Hace un par de metros.
Y sabía yo que si iba más lento se atreverían y me pararían para hacer la foto.
Porque también estábamos pasando por Gran Vía o así.
Bueno, sí, veníamos de un restaurante muy guay y es este el problema.
Tener a un hijo famoso tampoco es tan fácil y has de digerirlo por eso mismo.
Porque la gente se cree que somos diferentes y en el fondo era incómodo que la gente pensase cosas que no eran.
O sea, cuando tienes un hijo que tiene una cierta fama, pues ya todo el mundo.
Y luego todo el mundo siempre preguntando por Jennifer López.
Sobre todo los hombres.
Ah, ¿y qué tal Jennifer López?
¿Es tan guapa?
¿Es tan sexy?
¿Es tan todo?
Sí, sí, es de todo.
Lo tiene todo.
Lo tiene todo, básicamente.
Trabaja, es sexy.
Confirmamos.
Confirmamos que lo tiene todo.
Y ya está.
¿Qué es lo peor y qué es lo mejor de tener un hijo famoso?
Es que te vemos muy poco.
Es lo peor. Te añoramos mucho.
Eso también podría ser si yo viviese en otro país.
Bueno, pero te vemos menos.
Te vemos menos porque has de repartir tu tiempo con tu familia ahora y tu hija.
Y luego estamos nosotros, luego están tus amigos.
Entendemos que no es fácil, pero eso nos cuesta.
Nos cuesta un poco.
Ya estoy llorando con las cebollas.
Lo mejor.
No sé si hay mejor.
Que sea él feliz.
Si yo lo veo feliz, eso es lo mejor.
Si él está feliz, está contento con lo que hace y puede hacer lo que él quiere,
que es lo que está pasando, pues eso es lo que nos hace feliz.
No tiene por qué ser famoso.
¿Alguna vez has dicho, soy la madre del gozo de elegir una mesa en este restaurante?
Jamás. Jamás.
Jamás se me ocurriría.
Jamás hemos utilizado que somos tus hijos para conseguir algo.
Nunca, nunca.
Pero al taxista cuando viniste aquí sí que le dijiste que eras mi madre.
Ah, no, sí. Eso sí.
No, no, porque me dice, ah, Susi Santibáñez.
Voy a cogerle el recojo en el taxi.
Qué malo, ¿no? ¿Pero qué te dijo el señor?
Nada, no me dijo.
Bueno, sí, me ha dicho que...
Digo, tengo dos hijos cantantes.
Que está tu madre, me ha dicho que eres cantante y tal.
Y yo, dos hijos cantantes.
Pero no le dije nada más, ni tu nombre.
Que sí, que estoy haciendo el programa, mami.
Ya, ya, vale, vale.
Pero me hizo gracia.
Está un poco nerviosa y tal por el programa y tal, pero bueno, que lo hará muy bien y tal.
Un tío súper majo, que taxistas majos en Berlín hay pocos.
Sí, no, era súper majo, era de aquí de Berlín.
Sí, sí, y encima vino con un Lexus, o sea, joder.
Muy bien, muy bien.
Bueno, yo creo que tenemos ahí los ingredientes preparados.
Bueno, esto queda espectacular.
Esto, esto, ahora vamos a hacer...
Un otro día va a quedar tan bonito como este día. Sí.
Aquí tenemos semillas, semillas tostadas de pipas, calabaza, bueno, un mix de semillas.
Esto es un poco de sésamo negro para darle color al final.
O quitarle color, ¿no?
Bueno, no, pero con el rojo siempre le da.
Y luego la mostaza que la vamos a utilizar para el dressing, pero muy poquita.
Vale, entonces coges aquello del...
¿Del dressing?
Del dressing, sí.
Absolutamente a ojo.
No te pases, que es poquito.
Vale.
Bueno, un poco más, un poco más. ¿Sí?
Porque luego lo haremos todo.
Es que este, aparte, sale en plan a fondo en este.
Ya. Vale, así.
Muy bien.
Luego, esto es vinagre de...
A ver lo fuerte que es.
¿Es de...?
Es de manzana.
Ah, sí.
Pero...
No, parece de arroz, pero...
¡Dios!
Es fuerte.
Necesito agua.
Es fuerte, de manzana, pero es fuerte.
Así es, Javi.
Qué loco, te has tomado toda una cuchara, como si fuera una medicina.
Vale. ¿Cuánto ponemos?
Un poco, me estoy durando.
Un poco más. Luego sal, tenemos sal por aquí.
Sal y pimienta.
Sal, pimienta, sí, más, más. Chicha.
Sal, pimienta.
Hay lima también, pero...
No, lima ya has puesto tú antes en no sé qué.
¿Cuándo empezaste a aprender alemán?
Uf, cuando me quedé embarazada de ti,
me acuerdo que dije, bueno, tengo que empezar a aprender,
porque a la larga estos niños, yo quería que fueras al colegio alemán,
y entonces lo que hicimos, me apunté en el Goethe Institut un año,
un año yo embarazada.
¿Y antes hablabas alguna palabra?
No, bueno, nada, hallo, y ya está.
"Bier."
"Una cola, un dankeschön, auf Wiedersehen" y ya está.
Eso lo sabía yo.
Te pusimos en el Colegio Alemán y yo estudié, no sé, seis meses.
Otra vez, ¿no?
Ya está, ya está.
Seis meses y luego ya se acababa el curso y saqué el nivel más bajo.
Y luego al pasar el primer nivel.
Pensaba que te habían dado la peor nota.
No, tenía la creación de los suegros, tenía que hacerlo bien, tenía que estudiar.
Y el futuro de tus hijos.
Vamos a invitar a una persona.
Muy especial también, que sí que vive en Berlín.
Que nos ayude a emplatar.
Un gran aplauso por favor aquí en estos momentos para el increíble Greg Taro.
Hola. ¿Qué tal tienes?
Hola. Qué ilusión que estés aquí.
-No has hecho nunca en casa esto. -No.
Yo tampoco lo he visto.
Lávate las manos y te ponemos un "Lappen" de estos.
Lavas las manos. A ver, un momento.
Ok, una foto. Con tomates...
Bueno, mira qué chulada. Espera, vamos a...
¿Cómo emplatamos?
Vale, entonces yo haría dos.
¿Queremos darle la responsabilidad de emplatar en el esto?
¿En serio? No, no lo haría.
La base del rojo.
A ver cuál quedará más bonito.
Tú puedes aguantar si quieres los de atrás o los pondrás tú.
Aquí tenemos una base ya de rojo.
Vale, ahora yo haría amarillo.
Todas las cebollitas, para que sea crunchy.
El amarillo es el top level, no tenemos más. No, no tenemos más. Bueno, es que, a ver, no había...
Espera, sí, sí, sí, coge esto, tú Greg.
Yo pensé que hacíamos más niveles.
Vale. Sí, sí, vamos a hacer más niveles, claro, eso te digo.
Pero tú ponlo, lo que decía yo, ponlo así hacia afuera.
Ah, para que se vea desde afuera.
Vale, un poquito de esto.
Qué smart.
-Sí, pero así repartidito. -Repartidito.
Vale, entiendo.
Teamwork, esto es family work.
¿Y dentro pones la cebolla?
No, dentro no, por los lados también.
Sí, para que se vea el blanquito.
No pasa nada, ya lo rellenamos con el otro tomate.
Aquí te queda un par de amarillos.
Me encanta este show cooking familiar, muy divertido.
Porque tú odiabas los tomates y ahora no puedes vivir sin ellos.
No puedes vivir sin ellos.
Ahora toca las semillitas.
Primero pones un poquito de semillas de estos, sí.
Estas, ¿no?
Ahora, el mío está plano y el tuyo no.
¿Por todas partes o...?
Pero espera.
Ah, porque me has puesto tú el último nivel.
Ya, ya, pues has de prenderlo.
Vale.
Venga.
Pones semillitas aquí.
¿Por todas partes o en medio?
No, por todas partes.
¿Esto es mostaza?
Sí, esto es mostaza que ha ido aquí en el dressing.
Qué buena pinta esto.
Y esto son semillas de rustidas.
Bueno, un mix de semillas y las he tostado.
Espectacular este mix.
Ahora pon aquí tú también.
Eso es con el vinagre fuerte que has tomado, ¿no?
Sí. Puedes probarlo. Con otro cuberto...
Se está cayendo por ahí.
No pasa nada, luego se hace en el plato.
Ahora es así.
Bueno, lo haremos así.
Luego lo ponemos en el plato para decorar, ¿no?
¿Así bien?
Sí, pero sin los dedos.
Que caiga donde caiga.
Y ahora ponemos esto aquí en el medio, en plan un toque japonés.
Y al final, el sésamo negro, ¿no?
El sésamo negro ya lo hemos puesto antes.
El campeón, ¿sí?
Sí, sí, ya está.
Suficiente.
Vale, entonces ahora vamos a poner un poco de cebollitas por ahí.
Bueno, claro, es el...
Sí, un poco de esto también.
Vale, pues venga.
No te pases.
Y entonces ahora, con la cucharita.
¿Con las cebollitas?
Sí.
Por ahí.
Arte.
Para el plato.
¡Dios!
O sea, si no de repente abres un restaurante mañana...
Venga, va.
Vosotros. You go. Venga.
Despacito para arriba.
Uno, dos y tres.
¡Wow!
¡Qué brillo!
¡Es súper guay!
¡Dios mío!
Guay, ¿no?
¡Espectacular esto!
¡Venga, vamos a cogerlo!
¡Dios mío!
Tartar de tomate.
Rojo, amarillo, azul.
Con dressing casero.
Y hacia adentro luego.
Ahora le podríamos poner más dressing, ¿no?
Me encanta.
Súper fresco.
Me encanta.
Bueno, pues gracias.
Gracias por invitarnos.
A vosotros. Gracias por venir. Mucha, mucha ilusión.
Ya, gracias. Súper.
A Greg también. Gracias por venir.
Y ahora hacemos así con el "Lappen".
Venga.
No, no, no.
Salud, salud, salud.
沙发还没有被抢走,赶紧过来坐会吧