西语助手
2024-09-09
Bonjour!
Con esta pinta que llevo seguro que piensas que soy un cliché,
pero es que vengo a hablarte de eso,
de palabras como cliché que decimos en español pero provienen del francés,
es decir, galicismos.
Quédate porque en este vídeo te hablaremos de estas palabras y en concreto de algunas que provienen del siglo XVIII y de la Revolución Francesa.
Posiblemente el francés es una de las lenguas más influyentes en el español.
Desde la Revolución Francesa hasta el Airbus, hay 6.300 contados, hay más……
Pero hay el galicismo ocasional, y otro que se queda, la palabra "chic" o "chef" se han quedado para siempre.
España y Francia son países vecinos y tienen una historia común que pasa de la rivalidad a la admiración,
de tratados de paz a invasiones.
Se suma que el español y el francés, lenguas romances, son muy similares.
Todo esto ayudó a esta transferencia lingüística.
Por donde primero llegaron los galicismos fue el Camino de Santiago,
la ruta de peregrinación que arranca en el siglo IX a lo que se cree es la tumba del apóstol Santiago.
El modo de llegar a este enclave cristiano era por el norte de la península ibérica y a través de Francia,
ya que el resto era Al-Ándalus, territorio musulmán.
De esta época vienen palabras como homenaje, mesón o vianda.
Y desde entonces, la llegada de galicismos ya no paró.
Aunque, sin duda, el siglo XVIII es uno de los más intensos en préstamos lingüísticos.
Es la época de la Ilustración, el movimiento cultural e intelectual que se da,
sobre todo, en Francia, Inglaterra y Alemania.
Es el siglo de la enciclopedia, de Montesquieu, Rousseau, Voltaire.
Y Francia se pone de moda en toda Europa y, por supuesto, en España.
Y, a pesar de las restricciones que ya empieza a poner la recién fundada Real Academia Española,
nos llenamos de galicismos.
De esta época, son palabras de uso tan común a día de hoy como pantalón, corsé, croqueta o neceser.
Todo el movimiento ilustrado trajo consigo la Revolución Francesa,
uno de los eventos políticos más influyentes y transformadores del mundo occidental.
En Francia supuso el fin del poder absoluto de la monarquía y de la iglesia,
fue el ascenso de una nueva clase política,
la burguesía, y la transformación de la economía y la sociedad.
Y con un nuevo mundo llegó un nuevo vocabulario.
Y ahí tenemos que copiar absolutamente todo el léxico político.
Como las ideas de la revolución, las palabras se expandieron y llegaron a España y América Latina.
Si hay un lugar por excelencia que represente a esta época es la Asamblea Constituyente.
Allí se hizo la pregunta más revolucionaria de la época.
¿Cuánto poder debe tener el rey?
Sabemos la respuesta, y que el rey no duró mucho.
Pero esa palabra, que viene del verbo assembler y significa armar o reunir,
se mantiene a día de hoy.
Al igual que parlamento, que proviene de parler, hablar.
Menos dialogante es barricada, esos grandes obstáculos hechos con muebles,
palos, lo que hubiera, y que se levantaron en las calles de París para impedir el paso de las tropas militares.
Se usaban antes de la Revolución, pero en esta época se extendió el uso de las barricadas y,
por tanto, el uso de la palabra.
Como también lo hizo un invento de la época con el que rodaron cabezas.
Seguro ya sabes cuál es:
la guillotina.
Esta máquina para decapitar adquiere su nombre de Joseph Ignace Guillotin,
diputado de la Asamblea Nacional.
Propuso usarla frente a otras técnicas que eran más lentas y dolorosas a la hora de aplicar la pena de muerte.
Y no es la guillotina, pero un proceso igualmente tortuoso que le damos de Francia es la burocracia.
Un buró es un despacho, un buró es un mueble donde se guardan cosas,
y la burocracia son las personas que trabajan en despachos y que tienen un mueble,
que abren así...
Alejados del papeleo de los escritorios más aburridos,
pasemos a otra mesa un poco más interesante,
la del restaurante, porque sí, esta palabra también proviene de la francesa "restaurant",
del verbo restaurar.
Cuando los cocineros de la nobleza se quedaron sin trabajo en la revolución,
les tocó buscarse la vida y abrir sus propios negocios.
Se dice que uno de los primeros fue el de Dossier Boulanger,
quien publicitó su negocio con un letrero en latín que decía:
"ven a mí, hombre que tiene el estómago cansado,
y yo te restauraré".
Pero también esta palabra tiene mucho de política.
Decidieron ir a un restaurant para restaurar fuerzas y seguir luchando en contra de la monarquía y del régimen antiguo,
el antiguo régimen.
Ese es un término político que cae dentro del ámbito culinario.
Y así infinidad de palabras que tenemos más que asimiladas hoy día en el léxico de la política,
la moda, la comida o el deporte.
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