西语助手
2025-09-21
A menudo escuchamos la pregunta: ¿dónde se habla el español más puro?
Algunos dicen que en Castilla, otros que en Bogotá, otros que en México o en los Andes.
Pero, ¿qué significa "puro" cuando hablamos de un idioma?
En este minidocumental recorreremos cinco lugares que suelen mencionarse cuando se habla de un español "ejemplar".
En cada parada veremos su historia, qué rasgos del habla los han hecho famosos,
cómo se comparan con otros acentos y,
al final, reflexionaremos si de verdad existe un acento "más puro".
Iniciaremos este recorrido en el país donde se originó el castellano:
más precisamente en la zona de influencia de Madrid y Salamanca.
En España, muchos piensan que la forma "más correcta" de hablar castellano está en el centro-norte del país.
¿Por qué?
Principalmente por dos razones.
La primera es que aquí se hace una clara diferencia entre palabras como casa y caza.
En gran parte de América, ambas suenan igual; en Castilla, no.
La segunda es la forma particular de pronunciar la "s", más fuerte y marcada.
Históricamente, la Real Academia Española ha estado en Madrid,
y eso ha reforzado la idea popular de que la manera de hablar en esa zona era la "oficial".
Además, Salamanca fue un centro universitario de gran prestigio y se convirtió en algún momento en un modelo de "buen hablar".
Si lo ponemos al lado de acentos del sur de España o de América,
donde se tiende a suavizar o aspirar la "s" al final de sílaba,
el castellano suena más rígido.
¿Es mejor?
No necesariamente: simplemente es distinto,
pero se convirtió en un referente porque fue el centro político y cultural por siglos.
"...si yo me comía la ropa".
"¿Cómo que te comías la ropa?"
"Pues eso le pregunté yo, pero ¿cómo me voy a comer la ropa?
Y me dijo: es que yo tenía una actriz que cuando no le gustaba la camisa que yo quería para tal escena,
ella se iba corriendo por el bosque y se la comía". "¡Wow!".
Ahora empecemos nuestro recorrido por el nuevo mundo y qué mejor que empezar por un acento de alcance continental:
Ciudad de México.
En América, uno de los acentos con más peso histórico es el de la Ciudad de México.
Desde mediados del siglo XX, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México estudiaron este hablar urbano y lo convirtieron en un punto de referencia.
El español de México es claro, sin sonidos demasiado marcados ni particularidades que puedan sonar extrañas a otros hispanohablantes.
Por eso se volvió la base de lo que en televisión y cine se llamó el "español neutro":
un estilo pensado para que en toda América Latina se entendiera sin problemas.
Si lo ponemos junto al español de Buenos Aires,
notamos la diferencia: allá, la "ll" y la "y" suenan como "sh" del inglés.
En México, en cambio, se pronuncian más suavemente.
Frente al acento caribeño, el mexicano conserva la "s" final de las palabras,
mientras que en Cuba o Puerto Rico suele desaparecer.
El acento mexicano no es más correcto:
lo que le da fuerza es su papel central en medios de comunicación,
libros y educación.
"Pues, yo en realidad, yo iba a estudiar aviación.
Yo no me iba a dedicar a las humanidades,
ni, ni, ni iba a ser actor, ósea, realmente dentro de mis planes no era…
no, no cabía esa idea.
Y yo iba a estudiar aviación en una escuela comercial en San Antonio.
Yo inclusive mandé mi solicitud, me la recibieron…"
Continuando nuestro recorrido, esta vez nos detenemos en uno de los acentos que gozan de mayor prestigio:
el acento de Bogotá.
Colombia es en realidad un país de acentos muy variados y diferenciados entre sí,
pero el de Bogotá ha sido resaltado como uno de los más claros de entender.
Desde el siglo XIX, con pensadores como Rufino José Cuervo,
se valoró la manera de hablar de la capital.
Se decía que era clara, pausada y sin exageraciones.
El Instituto Caro y Cuervo ha estudiado durante décadas este hablar y lo ha convertido en un modelo académico.
Si lo comparamos con el español costeño de Cartagena, por ejemplo, encontramos contrastes.
En la costa se tiende a suavizar la "s" y a hablar con un ritmo más rápido y musical.
En Bogotá, en cambio, se conserva una pronunciación más marcada de cada letra y un tono más pausado.
Por eso algunos la describen como "más pura".
Sin embargo, para los hablantes de la costa,
su forma de hablar también es legítima y representa otra cara de la identidad colombiana.
"Hay algo que me gusta mucho en esta escena para los seguidores de Betty y es que está hecha en colombiano puro.
Todo comienza porque Don Hermes quiere decirle a Don Armando que le ayude a prender el carro,
pero los dos se van a comunicar en un lenguaje que es propio de los talleres de hace 20 años.
Hoy en día usted abre un carro y realmente no entiende nada de lo que hay en ese carro..."
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Nuestra próxima parada la hacemos en la ciudad de los reyes: Lima, Perú.
Esta ciudad fue durante siglos el centro del virreinato del Perú,
con gran influencia cultural y política.
De ahí que su manera de hablar se consolidara como un referente.
En el siglo XX, investigadores recogieron y analizaron cómo hablaba la gente educada de la capital,
dejando testimonio de esta variedad.
El español limeño es cercano al mexicano en varios aspectos:
pronuncia todas las "s", no tiene un sonido especial para la "ll" o la "y",
y suele mantener un ritmo claro.
A diferencia de otros acentos americanos como el acento rioplatense argentino,
el español Limeño suena más "suave" aunque no distorsiona el sonido de la LL o la Y como lo vimos anteriormente en un fenómeno llamado yeísmo rehilado ni usa el voseo (en donde en lugar de tú hablas dicen vos hablás).
"Así comienza la entrevista que me dio hace muy pocas noches en Miami Ricardo Arjona,
que fue por otra parte uno de los últimos programas que hice en aquel canal de televisión.
Ahora, técnicamente, estoy grabando..."
Finalmente terminamos este viaje en Ecuador en donde mucha gente afirma que en Quito se habla el español más claro del país.
Este prestigio tiene que ver con la historia de la capital,
su educación y su papel en la vida política.
El acento quiteño comparte rasgos con Bogotá y Lima:
las "s" se pronuncian completas, la "ll" y la "y" suenan igual,
y se percibe como un hablar pausado y ordenado.
Por otro lado no hay una aspiración marcada ni pérdida de sonidos como ocurre en algunas regiones caribeñas y esta nitidez hace que para oídos externos se perciba como un español "claro" y fácil de entender.
Recordemos que Quito fue centro cultural y político en la época colonial y republicana.
Además, la escolarización, la Iglesia y la vida administrativa reforzaron una forma de hablar más "normativa",
asociada a la educación.
"Hola mis amigos de cabeza TV, pues nos encontramos en una de las calles principales acá del centro histórico de Quito y pues,
estamos en Chile Y García Moreno para preguntarle a la gente cuáles son las palabras típicas que los quiteños utilizamos…".
Algunos de ustedes estarán preguntándose si el llamado acento neutro puede estar en esta categoría.
Pero, ¿en realidad existe el acento neutro?
En la televisión y el cine de América Latina se ha hablado durante años de un "español neutro":
un estilo sin palabras ni sonidos muy locales,
usado en doblajes o noticias para que todo el continente pudiera entender.
Pero lo cierto es que ese "neutro" no existe en la vida real:
es una construcción artificial, útil para la industria,
pero que no corresponde a ninguna comunidad.
Los académicos de la Real Academia Española y de las 22 academias de América insisten en que el español no tiene un único centro.
Es un idioma policéntrico, con varias formas correctas de hablar, todas válidas.
Volviendo a la temática central de este video y para concluir:
¿hay en realidad acentos más puros que otros en español?
Después de recorrer estos cinco acentos,
la conclusión es clara: la idea de un español puro es un mito.
Lo que existe son acentos con más o menos prestigio,
ligados a la historia, la política,
la educación y los medios.
El español se mantiene unido porque compartimos reglas comunes y porque las academias trabajan juntas en gramáticas,
ortografías y diccionarios.
Pero al mismo tiempo, cada país y cada ciudad aporta su propia riqueza.
Más que buscar un acento perfecto, deberíamos celebrar la diversidad que nos permite entendernos de México a Madrid,
de Bogotá a Buenos Aires, o de Lima a Guinea Ecuatorial.
Esa es la verdadera fuerza del español: la unidad en la variedad.
Si tu opinión difiere de esta conclusión te invito a que la dejes en la caja de comentarios.
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