西语助手
2021-11-10
¿Te ha pasado que alguien te dice "ahorita te mando ese correo" y te quedas esperando minutos y horas y el correo nunca llega?
Lo más probable es que te haya pasado con alguien que suena como yo,
porque decir "ahorita" es casi tan mexicano como comer tacos.
Así como la eñe puede ser para el español,
el ahorita puede ser para el español de México y para toda nuestra idiosincrasia.
Y resume...concentra la historia completa de este país, y el orgullo completo de pertenecer a esa historia.
Hacemos cosas muy raras.
O sea, realmente el español mexicano es una lengua muy exótica.
En este video te explicamos qué tiene de exótico el uso del "ahorita" en el español mexicano y te damos claves para que aprendas a traducir su significado dependiendo del contexto.
Empecemos por el principio.
Las palabras que usamos para marcar el tiempo o el espacio en cualquier idioma tienen nombre:
se llaman "deícticos".
Y las confusiones surgen cuando nuestras percepciones temporales de lo que significa un deíctico son diferentes.
La palabra "ahorita" como tal no existe en el Diccionario de la Real Academia Española.
Su palabra base "ahora" si existe, y es un adverbio de tiempo que significa "en este momento" o "en el tiempo actual".
Pero también puede significar "hace poco tiempo" o "dentro de poco tiempo".
O sea que desde la palabra base ya encapsula una concepción un poco más flexible del tiempo,
dependiendo del contexto en que se use.
No me vas a creer a quién me acabo de encontrar.
¡Ahorita! Vi a tu ex en la calle.
Ahorita llego a la junta, no me tardo.
¿Hasta ahí vamos bien no?
Hay dos cosas que caracterizan el uso del "ahorita" en el español mexicano:
la obsesión lingüística que tenemos de usar diminutivos para todo y la relación con nuestro pasado colonial y el mestizaje.
El uso de los diminutivos no es solo una característica del español.
Todas las lenguas romances lo heredaron del latín.
Y lo usamos para señalar que algo es pequeño de tamaño o para mostrar afecto.
Las cosas chiquitas o chiquiticas como que son más lindas, ¿no?
Pero el efecto es diferente cuando lo aplicamos a un adverbio de tiempo en el español mexicano.
Y la clave está en el uso del diminutivo, que lo re-semantiza.
Rompe el límite temporal súper preciso de la palabra original,
y pasa a ser algo casi vacío de significado que a veces hasta necesita un doble diminutivo para mostrar urgencia.
Ahoritita les tomo la orden.
Los mexicanos llevamos siglos usando adverbios de tiempo con diminutivos.
Los académicos encontraron el primer uso escrito del diminutivo para "achicar el tiempo" en el siglo 17.
En una narración de la vida de los católicos en la nueva España, se dice:
"¡cómo/os tardasteis tanto, que yo de prestito me confessé?"
Este es como el antecedente que se tiene,
antes del ahorita, de la percepción del tiempo y las diferencias en el uso de "presto" y "prestito".
Los lingüistas creen que los mexicanos abusamos tanto de usar la palabra "ahorita",
que probablemente esto llevó a que se perdiera el significado original.
No tenemos registros escritos de que usáramos la palabra "ahorita" hasta el siglo 20.
Sin embargo, la herencia del mestizaje cultural,
producto del pasado es clarísimo.
La Dra. Jeannette Reynoso escribió su tesis doctoral estudiando específicamente el uso del "ahorita" de distintos grupos en el siglo 20 para ver cómo ha evolucionado esa herencia lingüística a través de los siglos.
Y la sorpresa fue rotunda.
Los que realmente usamos el diminutivo somos los de La zona urbana, y por lo tanto los mestizos.
Tanto los madrileños como los indígenas usan el diminutivo como un cuantificador de tamaño y nada más.
Así que los mexicanos decimos "ahorita" como "amortiguador lingüístico" para no quedar mal o para no decir que no,
cuando en verdad la respuesta es "voy muy tarde", "al rato" o "no quiero hacer lo que me acabas de pedir".
Oye mija, recoge tu cuarto, ¿no?
Sí mamá, ahorita.
Ahorita es ahorita.
El "ahorita" marca un tiempo súper flexible.
Y hay académicos que también creen que ese uso de la cortesía hablada para evadir o para no obedecer,
viene también de nuestro pasado.
Cuando uno dice las cosas en diminutivo uno tiene el permiso de desobedecer el lenguaje,
por lo tanto de desobedecer las órdenes.
¿Cómo le dice uno que no a un español que está dando órdenes?
Pues le dice uno que sí.
¿Pero será que es tan difícil ponerle tiempo al "ahorita"?
De seguro no somos los únicos que utilizamos palabras para hablar del tiempo que terminan confundiéndonos más.
Vamos a preguntarles a mis colegas de BBC Mundo.
Quiero que en sus hojitas me escriban cuánto sería en minutos el ahorita.
15, 30...
Ya en Ecuador y mañana en Cuba.
En Ecuador me dices ahorita y sería como que ya.
En Chile nosotros no usamos el ahorita pero usamos el "al tiro".
Cuando he quedado, que normalmente llego bastante tarde,
es como "sí, ahora llego, ahora llego".
Y bueno, puede ser en una hora, puede ser que esté llegando realmente, o no.
En Chile te dicen hazlo luego y luego es ya.
Y para mí luego es luego.
¿Pero y qué sería ahorita en este caso?
¿Cuál es la respuesta correcta?
Yo diría que es más hacia el nunca que hacia lo inmediato.
A menos que sea "ahorita vamos por tacos", ¿no?
Si vamos por tacos es ahoritita.
Si te sientes confundido no estás solo.
Las variaciones por región son tan grandes que es un triunfo total que nos pongamos de acuerdo para hacer cosas.
Y si necesitas más ayuda para entender a los mexicanos y cómo hablamos,
el Diccionario breve de mexicanismos,
publicado en el 2001 tiene 244 páginas.
De seguro lo puedes leer "ahorita en un ratito".
沙发还没有被抢走,赶紧过来坐会吧