西语助手
2024-09-16
Según una antigua leyenda china, siglos atrás aparecieron al unísono diez soles en el cielo.
Las cosechas comenzaron a secarse y morir,
la gente a padecer hambre y miseria.
Fue entonces que un héroe llamado Houyi,
muy poderoso y sensibilizado con el sufrimiento de sus congéneres,
abrió su arco divino y consiguió derribar nueve soles de una vez,
para luego ordenar a aquel solitario astro restante en el firmamento que en lo adelante,
y con carácter estricto, subiera y bajara cada día a una hora determinada y beneficiara así al pueblo.
De esta forma, se construyó un relato luego convertido en famosa leyenda china,
Houyi y el disparo al sol.
La esposa de Houyi se llamaba Chan'e.
Los dos eran talentosos y muy agraciados, y juntos vivían en completa felicidad.
Un día, sin embargo, Houyi se encontró por casualidad con la Reina Madre,
quien le regaló un paquete con un medicamento inmortal.
Se decía que una vez que se tomase dicho contenido,
la persona podría ascender inmediatamente al cielo y volverse inmortal.
Pero Houyi no quería dejar a su esposa sola en la tierra,
por lo cual le entregó el medicamento con el propósito de que lo guardara bien.
Paralelamente, un ser malvado, enterado del asunto,
quiso robar el medicamento cuando Houyi no estaba en casa.
Con el fin de evitarlo, Chan'e sacó el medicamento y se lo tracó en un santiamén.
Al instante, el cuerpo de Chang'e se elevó por los aires y se perdió volando en el cielo infinito.
Preocupada por su esposo, Chang'e decidió quedarse en la luna,
un lugar menos distante de la Tierra,
y por esta razón se transformó allí en un nada.
Así se resume el famoso mito conocido como Chang'e y el vuelo a la luna.
Enterado de lo sucedido, Houyi comenzó a extrañar con locura a su amada esposa cada vez que contemplaba el cielo estrellado.
Una de aquellas noches de melancolía y nostalgia,
sorprendido, se percató de que la luna de aquella noche estaba más redonda y brillante que nunca.
Y vio entonces en aquella luna fulcurante una sombra parecida a la de Chang'e.
En lo adelante, Houyi ordenó que pusiera una mesa en el jardín trasero que frecuentaba a su esposa,
y que colocara encima los postres y frutas favoritos de ella para ofrecérselos a modo de sacrificio en el Palacio de la Luna.
Fue a partir de este acto cargado de amor y añoranza que se popularizó la costumbre de adorar a la luna.
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