西语助手
2024-08-27
Casi me caigo ahí entrando.
No, es en serio.
Es que cuando uno tiene que pararse aquí en un escenario frente a ustedes,
ustedes no se imaginan los nervios, el miedo.
Y no me pasa solo a mí, se lo pueden preguntar a todos sus compañeros.
Porque uno viene acá y empieza uno a preguntarse en qué momento yo acepté esta invitación.
De verdad, en qué momento me levanté esta mañana de la cama, me hubiera quedado allí.
Antes de entrar me tenían agarrado porque estaba que salía corriendo.
¿Por qué?
Y de eso vengo a hablarles el día de hoy.
Tenemos algo por dentro y es el miedo al fracaso.
El miedo al fracaso.
Uno tiene miedo de fracasar aquí, de que se me vayan a olvidar las cosas,
de fracasar delante de ustedes.
Y yo vengo mucho tiempo tratando de reivindicar el fracaso.
De hecho, ahora me presentaron, Tulio, tal, cantante, esto, le faltó algo.
Yo gritaba de atrás, les faltó, fracasado.
También, soy Tulio Recomienda y soy un maestro en fracasología,
o así me gusta llamarme también hoy en día,
porque he fracasado tantas veces en esta vida que el fracaso se me convirtió en libertad.
Y es que hay algo que no entendemos y cuando digo fracaso,
digo maestro en fracasología, no busquen eso en la universidad ni en ninguna parte porque nadie quiere hablar del fracaso,
todo el mundo quiere hablar del éxito.
De hecho, cuando yo hablo de fracaso siempre me dicen,
pero Tulio, ¿por qué estás hablando de eso tan feo?
¿Qué idea tan fea?
Oye, se aprende más del fracaso que del éxito.
Y el fracaso a la postre es el gran maestro porque realmente lo que le mueve la vida a uno es saber cómo no hacer ciertas cosas y en qué no equivocarse.
Porque todo lo que viene en adelante siempre será un misterio.
Miren que yo se los voy a demostrar y todo lo que aprendí gracias a este tema del fracaso.
Les voy a dar cuatro conceptos muy importantes que sé que seguramente les va a servir para su vida.
¿Alguien aquí se acuerda que yo fui un cantante hace muchos años famoso?
Sí, levanten la mano que no los vi.
Ah, carajo, hay bastantes personas aquí de la tercera edad. Bien, me gusta.
Ya saben de qué estamos hablando.
Primer concepto.
Vean, ya se me quitaron los nervios.
Gracias por la risa.
Haz que las cosas pasen.
Pero por supuesto que sí.
¿Cómo me volví yo cantante en una época en que no grababan a los cantantes en Colombia?
Pues bueno, yo me dediqué durante muchos años a trabajar y a ahorrar pesitos, pesitos, pesitos.
Y con el paso de los años, pues salí un día y grabé en un estudio bastante regular,
grabé un par de canciones y lancé un súper sencillo.
Eso era un acetato que tenía solamente dos canciones, una por un lado, otra por otro.
En esa época se vendían.
Y bueno, hoy en día también Taylor Swift los vende todos.
Bueno, y salgo yo con ese disco y lo lanzo al mercado grabado,
bien grabadito, con una canción que se llamaba Todo por ti.
Y a los 30 días exactamente sucedió lo que nadie esperaba.
Esto fue un cambio para mi vida absoluto.
Fue absolutamente sorprendente.
30 días y ni mi mamá se había acordado de ir a comprar el disco.
Ese bendito disco parecía que se reproducía.
Yo iba a las discotiendas y lancé mil discos y yo, ¿cuántos hay?
1200, pero no es posible.
Entonces tenía un carrito viejo ahí y por eso les digo, hagan que las cosas sucedan.
Vendí el carrito, le di la plata a todos los amigos y les dije,
este fin de semana todos vamos a salir a comprar el disco de Tulio.
Y el siguiente fin de semana, pero miren,
salí en el periódico y todo como el artista colombiano que más discos había vendido en la historia reciente del país.
Es en serio, todavía tengo discos de esos en mi casa.
Aquí me dijeron que los van a vender tres por uno a la salida.
Buen trato, cómprenlo, que les va a gustar.
Bueno, el tema es...
Que funcionó tanto que a la siguiente semana estaba firmando con una casa disquera en Venezuela.
Y mi padrino era Ricardo Montaner, nada más y nada menos.
Y resulta que en la grabación de este disco,
a uno de los productores se le ocurrió decirme,
Tulio, yo estaba muy peladito, vamos a hacer un disco que sea inolvidable,
poderoso, doloroso, grandioso para Colombia.
Nadie se va a olvidar de este disco nunca en la vida.
La verdad sí tuvo razón.
Imagínense esto, si ustedes lo buscan en internet lo van a ver.
La carátula, yo con el pelo largo por aquí sí,
cara antipático, desnudo, cuando podía estar desnudo por supuesto,
con una modelo desnuda, abrazado, y el disco se llama sudores.
¿Pero a quién se le ocurre ponerle a un disco sudores?
Faltaba con el patrocinio.
Yo no sé qué desodorante.
Oigan, pero el productor tenía toda la razón.
Han pasado 40 años y todavía todos los días en alguna red social alguien me da palo por el bendito disco.
No lo han olvidado.
Yo digo, pero bueno, paren ya.
Han pasado 40 años.
Lo perdí todo.
Absolutamente todo.
Me quedé sin nada y por supuesto quedé paralizado.
Y ahí viene un segundo concepto y es que nunca se hagan las víctimas.
Cuando uno se hace víctima o se siente víctima,
pues entonces no avanza porque el cerebro,
que es el que nos impulsa a las postres,
dice yo ¿para qué voy a impulsarte si la culpa es de todos los demás?
Hasta que un día leí una frase que me cambió la vida.
Y la volví a escuchar hace poquito con mucha fuerza.
Y es que la vida es un 10% las cosas que te pasan y un 90% el punto de vista tuyo sobre esas cosas.
Y ese día me planté y dije, no, esto tiene que cambiar.
Voy a hacer mi vida otra vez de cero.
Ya no podía ser artista porque donde yo iba todo el mundo, hola, sudores.
Ya no era Tulio.
Por eso me cambié a Tulio Recomienda.
Y decidí levantarme nuevamente y dije, voy a empezar de cero.
Ya no podía ser artista, entonces dije bueno,
voy a hacer algo que me gusta, me convertí en mecánico automotriz.
Imagínense ustedes la película, yo aquí en Barrio Triste cambiando el aceite del carro de alguien y todavía en la televisión salía yo,
en televisión cantando Vallenato y la gente me veía en el carro y veía la televisión.
Pobrecito, fueron las drogas, ¿verdad?
No.
No, no, no.
Estoy empezando, mi vida.
Eso que las personas veían como fracaso,
y hago una claridad, fui muy orgulloso de ser mecánico automotriz,
porque para mí no hay trabajo indigno,
hay indignidad en no intentar.
Eso sí es cierto.
Pero aprendí ahí, reparando motores de carros,
que el gran secreto de la vida, y este es el tercer concepto más importante de todos,
es reparar a las personas.
Es y ese es verdaderamente el secreto del éxito cuando a mí la gente me pregunta cuál es verdaderamente el secreto del éxito,
siempre digo pensar primero en el otro y esto tiene una base en el mundo de las ventas porque es que nadie te va a comprar lo que tú le quieres vender,
la gente te va a comprar lo que necesitan para ser más felices,
para estar mejor.
Entonces, siempre que vayas a montar algo,
pues lo primero que tienes que pensar no es,
uy, ¿cuánta plata me voy a ganar?
No.
Es, ¿de qué manera yo voy a invertir en la vida de esa otra persona?
¿Cómo voy a influir en la vida de esa otra persona?
Entonces, de aquí se van a ir con ese pensamiento.
Y es, si quieren ser exitosos, primero piensen en cómo van a ser exitosos al otro.
Si quieren ser grandes, primero piensen en cómo van a ser grandes a las demás personas.
Y ahí está el secreto de todo, porque la vida comienza a moverse con mucha fuerza.
De hecho, tengo un ejemplo.
Me voy a saltar un poquito de esa vida automotriz a la de hoy en día, a la de la gastronomía.
Cuando empezó la pandemia y la cuarentena, nos encerraron en casa.
Y yo en ese momento no dije, Dios mío, ¿de qué voy a vivir?
No.
Yo lo que dije fue, ¿cómo voy a ser yo para ayudar a las personas en sus casas?
Yo tengo una labor, soy comunicador a través de las redes sociales, yo quiero ayudar a las personas.
No pensé que eso se iba a volver un negocio ni nada.
Entonces, imagínense que empecé a hacer recetas muy sencillas para las personas,
fácil cocina para las que no cocinan.
Ahora me cambiaron el sudores por el chocotún.
Ahora me saludan así, detrás de todo el mundo, hola, chocotún.
No, no, soy tú, les recomiendo.
¿Qué pasó?
Bueno.
Y un día hago una receta, el mejor helado del mundo.
¿Alguien la ha hecho?
Gracias.
Con ese ánimo, sí.
Él hecho, y acuérdense de esta receta que es muy sencilla porque la van a hacer cuando salgan de aquí,
me van a llevar en el corazón.
Simplemente cogí cuatro cucharadas de crema de leche,
dos cucharadas de leche condensada y una cucharadita de vainilla.
Revolví en la taza sin ensuciar nada,
receta para esposo, sin ensuciar nada,
lo metí en el congelador y a la hora lo saqué yo.
¡Dios mío!
He hecho un gelato italiano.
No hay nadie italiano por aquí.
Aquel ya se está sal...
No, no te salgas.
Se parece a un gelato italiano.
Muy bien.
El tema es que este video sale, boom, se hizo viral.
A la semana va mi suegra al supermercado y le dice a la niña de la caja en el supermercado,
perdona, es que vine a buscar leche condensada y veo que no hay leche condensada en las vitrinas.
La niña, sin saber que era mi suegra, le dice, pues no señora,
Porque un tal señor, que Tulio Recomienda, se le dio por hacer el mejor helado del mundo.
Y como que toda Colombia lo está haciendo.
No señora, no hay leche condensada ni aquí ni en ninguna parte del país.
Escríbale a ese señor.
Y boom nuevamente.
¿Qué se imaginan ustedes?
Al día siguiente tenía 10 patrocinadores esperando que agotara sus productos.
Y, por supuesto, tenía una nueva empresa de la que salió un libro y con la que,
gracias a Dios, cocino por todos los lugares del mundo.
Y es fácil cocinar para los que no cocinan.
¿Pero se dieron cuenta de lo que les estaba diciendo?
Mi primera motivación no fue ganar dinero.
Si la primera motivación es ganar dinero, uno generalmente está destinado al fracaso.
Si la primera motivación de uno es impactar la vida de las demás personas,
créame que luego el dinero va a llegar y el éxito va a llegar y va a bailar a su alrededor con toda la tranquilidad del mundo.
Me devuelvo entonces al mundo automotriz porque a veces uno no tiene todo entre las manos.
Me hice tan buen mecánico que terminé siendo gerente de una pequeña concesionaria y de repente llegó una crisis a Colombia otra vez del sector automotriz.
Yo no tenía músculo financiero y otra vez me choqué,
otra vez fracasé, y otra vez tuve que volver a empezar de nuevo.
Pero en eso yo decía, ¿por qué no logro hacer algo contundente?
Y entonces me di cuenta, y ahí les va el cuarto concepto,
y es que para ser una persona exitosa,
primero, ustedes tienen que ser exitosos por dentro,
con ustedes mismos.
Si ustedes no son una buena persona, nunca van a estar preparados para el éxito.
Puede ser que el éxito les llegue, pero nunca van a estar preparados para él.
Así que dije, me voy a dedicar a hacer mantras.
Para mejorar mi vida desde adentro y me sentaba en la sala todos los días.
Mi esposa que está sentada por ahí pasó un día. ¿Tú qué estás haciendo?
Meditando para que me vaya haciendo mantras para que me vaya bien en esta vida.
Al menos sabes qué estás diciendo.
No, no tengo ni idea.
Pero nació un concepto ahí muy bonito en el que creo mucho y creo que es el gran secreto de mi vida y es un mantra.
Creo un mantra con todo lo que yo necesitaba.
Lo repito 500 veces al día, se lo digo a todo el mundo, por favor háganlo.
Pero no como los amigos que me dicen, Tulio llevo dos días haciendo el mantra y mi vida sigue igual.
No, no, esto es como si fuera una carrera universitaria, te vas a demorar un montón de tiempo allí.
Mi mantra, cuidado no se vayan a reír,
soy fuerte, soy inteligente, soy amoroso,
soy humilde, soy feliz, soy flaco y muy exitoso,
adoro el dinero y por eso me llega en grandes cantidades y sé cómo utilizarlo.
No puedo confiar en ustedes, les dije que no se fueran a reír, me he visto de negro, soy flaco.
Oigan, esto lo hago yo 500 veces al día, 500 veces al día antes de entrar aquí estoy con el mantra.
Apenas salgo, mi cerebro ya dispara el mantra solo y se creyó la película.
Yo dije, tremendo invento.
Y una amiga psicóloga me dijo, tú no te has inventado nada,
eso se llama programación neurolingüística.
Bueno, perfecto, pero lo descubrí y a los dos años un día abrí los ojos y tenía la cabeza llena de ideas.
Es como si el cerebro me hubiera dicho, ah, ¿tú quieres todo eso?
Pues ten, te lo voy a dar.
Y nació algo que ustedes conocen, que es el Burgermaster,
que hoy en día, no sé si ustedes lo saben,
es el evento gastronómico más grande del mundo,
pero está basado en lo mismo, en impulsar a las demás personas.
Nació para salvar unos restaurantes aquí en la ciudad de Medellín y luego se volvió un fenómeno grandísimo.
El año pasado generó o este año, perdón, 50 mil millones de pesos en una semana,
con más de 2 millones 880 y pico mil hamburguesas vendidas,
todo pensando en cómo iba a salvar a unos restaurantes.
Y eso, estoy convencido también, es una de las muchas ideas que este mantra ha generado dentro de mí.
Mi pregunta, pues tendré que hacérselas, por supuesto, es ¿cuál sería el mantra para ustedes?
Hagan su propio mantra, construyanlo con cada cosita que ustedes necesiten y todos los días dedíquense todos los días a repetírselo hasta que ese mantra se haga realidad en su vida.
Es lo único en lo que creo y en el trabajo fuerte.
Me voy y me despido con una frase que siempre digo y es que en un mundo de crítica sin acción,
yo decidí trabajar sin criticar.
Así que todos los días de mi vida me levanto y me pregunto, bueno, ¿tú le recomiendas?
¿Hoy con quién?
¿Dónde y cómo?
¿Vas a construir?
Y me pongo a trabajar.
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