西语助手
2025-01-07
Andorra, un diminuto país en el corazón de los Pirineos.
El esquí y las compras atraen a millones de turistas cada año,
pero yo quiero descubrir su lado menos conocido,
la naturaleza salvaje.
Me llamo Jaime Rojo y soy fotógrafo y explorador de National Geographic.
Estas montañas pueden ser frías y hostiles,
pero para muchos son su hogar, su último refugio en el sur de Europa.
Un frágil ecosistema donde ahora, con el aumento global de las temperaturas,
la vida se vuelve aún más dura.
Y para eso estoy aquí.
Para fotografiar la búsqueda incesante de comida,
la lucha por la supervivencia, el clima impredecible a lo largo de las estaciones.
Voy a trabajar durante un año para intentar retratar la singularidad de un lugar único.
Y lo haré al natural.
El invierno en Andorra es largo.
Durante cinco meses, gran parte del país está cubierto por un manto blanco.
Para algunas especies es una dura prueba, pero para otras es su elemento natural.
Aquí, aquí es el sitio que te he comentado.
Primero bajamos tú y yo y luego ya descargaremos el equipo.
Aquí ya hemos llevado al final del país, del otro lado Francia.
Estamos a 2.400 metros de altura y en pleno invierno.
Este es probablemente uno de los ambientes más hostiles de Andorra.
Muy pocos animales pueden sobrevivir aquí y sin embargo es el hábitat predilecto de una de las especies que vengo a buscar,
la perdiz nival.
La perdiz nival es una nave de ambientes extremadamente fríos.
Para sobrevivir en ambientes tan fríos, esas perdices presentan adaptaciones particulares.
Una de ellas es que tienen plumas en las patas.
Otra de ellas es que tienen plumas en la nariz.
Si les calienta el aire, que van a respirar.
Encontrarla no va a ser fácil.
Por eso voy a trabajar con Marc Mussoi,
un naturalista que lleva muchos años monitoreando esta especie.
Mira, para, para.
Mira, creo que hay unas huellas ahí.
Sí, son de perdiz igual, mira.
Marca los tres dedos y marca la uña.
Espera, espera, están allí.
Están allí.
Mira, ¿ves?
Esas son las cagaditas que hacen.
Normalmente suelen hacer una cada cuarta hora y lo que te contaba antes,
que comen madera, es lignina, pura madera,
que es lo que vigilan aquí.
Este es el hueco en el que yo estaba mirando, pero se han debido ir.
No, pero no temas porque en otro sitio las vamos a levantar.
Venga, pues vamos.
No te preocupes, porque las perdices están aquí arriba,
mañana volvemos a subir y seguro que las pillamos.
Ahora a la buena cena, bien caliente y a dormir.
Ya se empieza a notar los efectos del cambio climático aquí en este país.
Los tres últimos años ya hemos tenido aquí escasez de nieve.
¿Y entonces qué pasa?
Pasa que este animal está adaptado a vivir en temperaturas muy frías.
Y él es como si llevara un anorak que no se puede quitar, ¿no?
Al subir la temperatura, ese animal se siente completamente desplazado.
Sentir desplazado que busca más frío.
Claro, que realmente es eso, ¿no?
Los Pirineos son como un pequeño refugio, como me contabas.
Por eso vinieron aquí, porque es donde se encuentran a gusto por las condiciones climáticas que hay.
Si cambian esas condiciones climáticas, desaparecerán.
Bueno, a mí me ha parecido una de las especies más bonitas con las que he trabajado.
Hoy, ese resecho que no lo hemos logrado, pero que hemos estado ahí tan cerquita, me ha encantado.
Pero tranquilo, que mañana, te prometo, vamos en el clavo.
Eso es verdad.
Mira, unas chobas aquí arriba.
¿Las ves?
Sí, sí, sí.
Qué bonitas, ¿eh?
Como un ballet en el aire.
Los rebecos son uno de los animales más característicos de la alta montaña andorrana.
Llevo viniendo varios días a esta montaña y tengo un pequeño grupo localizado,
así que voy a intentar acercarme a ellos despacio.
Son verdaderos especialistas de la alta montaña y sus pezuñas son la herramienta ideal.
En invierno se abren y expanden como raquetas para no hundirse en la nieve y se clavan en el hielo como si fuesen crampones.
He conseguido la foto,
es una foto buena de rebecos en acción en la nieve y sin embargo no creo que capture la esencia de la relación de este animal con su paisaje.
Creo que lo voy a intentar más adelante,
a principio del verano cuando tenga las crías y creo que voy a probar algo totalmente diferente.
Estamos en mayo, pero el invierno en Andorra no da señales de remitir.
Los animales deben aprovechar al máximo cualquier oportunidad para encontrar alimento,
ya que estas últimas semanas antes de la primavera serán críticas para su supervivencia.
Ya es primavera en Andorra y el bosque está lleno de vida.
Los animales, igual que nosotros, disfrutan del aumento de las temperaturas y de la abundancia repentina de comida después de los duros meses de invierno.
Para muchos, es el momento de buscar pareja.
Pero si hay un espectáculo natural que define la primavera en los bosques de Andorra es el celo de duro gallo.
Andorra tiene una de las densidades más altas de esta especie en todo el Pirineo y durante los próximos días este claro del bosque va a ser el escenario de intensas peleas entre los machos,
de cortejos entre machos y hembras.
Los machos, también llamados gallos, tienen plumaje negro y son grandes.
En cambio, las hembras o gallinas son pequeñas, discretas y se camuflan a la perfección.
Voy a pasar varios días en el escondite a ver si consigo una de las fotos que más veces me he imaginado.
El escondite es la única manera de fotografiar urugayos sin molestarlos.
Es una técnica muy particular porque estás limitado a un espacio muy pequeño en el que pasas día y noche y no hay mucho más que hacer que esperar.
Así que toca armarse de paciencia.
Una de las cosas que más me gusta de trabajar en escondite es que el sonido cobra especial importancia.
Es la manera que tienes de detectar que algo está sucediendo.
El carpintero atareado siempre.
Ladrido de un corzo.
El corzo es uno de mis animales favoritos desde que soy pequeño.
Creo que se está acercando una gallina.
La oigo.
La oigo, pero no la veo.
Esto es buenísima señal.
Se aparece una gallina en el cantadero.
Es casi garantía de que va a haber acción.
Hay un macho que lleva cantando en su parcelita.
Y hay otro que se está acercando por un lado.
Mira, mira, se están encarando, se están encarando.
Mejor que esto no se puede poner.
La pelea termina casi tan rápido como empezó.
Pero el resultado es muy diferente para los dos gallos.
El perdedor se retira al interior del bosque.
El ganador encuentra su recompensa.
En este cantadero sólo hay sitio para uno.
Andorra es uno de los seis países más pequeños de Europa.
Es también uno de los diez países más montañosos del planeta.
Su abrupta topografía ha favorecido que gran parte de su territorio se mantenga en estado natural.
Especies de climas fríos que fueron comunes en Europa durante la última glaciación quedaron aisladas en estas montañas cuando cambió el clima.
Andorra se convirtió así en un refugio boreal a las puertas del Mediterráneo.
Para profundizar un poco más en esta compleja relación entre paisaje,
especies y protección de la naturaleza,
me voy a reunir con Natalia Rovira,
asesora del gobierno de Andorra para temas de biodiversidad.
Bueno Natalia, pues vengo de pasar unos días en el cantadero de urogallo,
ahí durmiendo en el escondite, y he tenido una de las experiencias fotográficas de mi vida,
me ha encantado.
¡Qué animal, eh!
Sí, aquí en Andorra tenemos la suerte de tener una superficie de bosque importante,
de bosque antiguo, de bosque con muy buenas condiciones para el urogallo y por esto tenemos bastantes cantaderos y se puede observar con relativa facilidad.
Me imagino que, como en todas partes del mundo,
los paisajes cambian y hay que tomar pasos para protegerlos en el futuro.
¿Cómo estáis planteando la visión de conservación a futuro?
Hay toda una tendencia internacional que es lo que se llama el 30-30,
que no sé si has oído hablar, que es que hay un objetivo de protección del 30% del territorio En el año 2030.
Nosotros con los espacios que tenemos ahora estamos cerca de la mitad del objetivo.
Realmente Andorra vive de la naturaleza,
es un país de naturaleza y esta es la característica que no tiene que perder porque es nuestra identidad.
Los rebecos ya han tenido sus crías,
así que voy a probar una técnica totalmente distinta para fotografiarlos.
Mira Jaime, te he traído al Vedado de Caza de Enclar porque es el mejor lugar,
el hábitat perfecto para poder observar los rebecos aquí en Andorra.
Me acompaña Ferrante Isidó, director del COS de Bandés de Andorra, el cuerpo de agentes forestales.
Si miramos un poco para abajo, ¿ves?
Fíjate un poco para abajo, toda aquella zona de allá.
Ellos van subiendo desde abajo hacia arriba y fíjate que allá se ven tres o cuatro, si te fijas.
Ahí están, ahí están, ¿verdad?
Justo al lado de... Exacto.
Ahora mismo tenemos una población de unos 340 rebecos.
¿Tienen algún depredador natural?
No, actualmente aquí en Andorra no tenemos depredadores naturales,
entonces es necesario que regulemos estas poblaciones para mantener un equilibrio y una población sana.
Esta técnica del fototrampeo lo que busco es,
sobre todo, una foto bonita de paisaje en la que el animal entre.
Sí, perfecto.
Más o menos ya lo tengo pensado.
Ahora nos desplazaremos un poco hacia la sierra.
Hay unas zonas donde verás que es prácticamente seguro que estarán por la zona.
Faltará que se acerquen.
Ahora lo vas a ver muy claro, esta caja recibe la señal del sensor infrarrojo, entonces la clave es que sólo lo detecte cuando el animal esté muy cerca de la cámara.
Si puedes simular por dónde pasaría el paso más probable que creas un revejo y me marcas la altura ahora cuando yo te diga.
Estas piedras de aquí no salen,
voy a montar aquí el sensor. Hace una prueba,
a ver dónde se dispara, ¿vale?
A la altura del revés, más o menos.
Aquí nos ha disparado y vendría a disparar aquí.
Perfecto.
Bueno Ferran, pues yo creo que más no podemos hacer nosotros.
A raspear y tener suerte.
Aún queda algo de nieve en las cumbres,
pero las primeras grandallas, la flor nacional de Andorra,
ya asoman en los prados.
El verano está más cerca de lo que parece.
Los largos días de verano tienen un efecto reparador en el paisaje.
La hierba es abundante.
Las praderas se pintan de flores.
El deshielo ha dado vida a los ríos.
Muchos animales ya tienen sus crías.
Esta abundancia dura poco y hay que aprovecharla.
En los bosques maduros de Andorra vive una de sus aves más elusivas.
Un fantasma que da forma a los árboles con su pico como única herramienta.
El picamadero es negro.
Es el pájaro carpintero más grande de Europa y necesita árboles gruesos para poder hacer su nido.
Este pollo ya está crecido y espera resignado a los adultos que cada vez espacian más sus visitas.
Son los últimos días de la ardua labor de crianza para esta pareja de picamaderos.
El pollo cada vez come más y empieza a tener un fuerte carácter.
Alimentarlo se está convirtiendo en una actividad de alto riesgo.
Ya hace varias semanas que monté las cámaras de fototrampeo con Ferran y toca revisarlas.
Nada, lluvia, se ha empañado la cámara mucho.
No ha caído nada, llevan casi un mes. Yo creo que esto va a ser mejor a final del verano y veremos.
El 90% de las veces no cae nada y ya cuando cae pues te lleva la sorpresa.
Venga.
Sería imperdonable hablar de la fauna de Andorra sin mencionar a las entrañables marmotas.
La marmota es el roedor más grande de Europa y había desaparecido de Pirineos.
Las reintrodujeron en los años 50 y ahora son abundantes.
En todas las colonias hay agujeros, viven en grandes familias y siempre hay alguna que está vigilando.
Así que voy a tratar de acercarme un poco a ver qué consigo.
Justo ahora, que estamos en verano, es cuando más abundancia de pasto hay.
Y como son roedores, ellas se alimentan de estos pastos las crías que nacieron en abril y mayo.
Están ahora despreocupadas creciendo, pero nunca se sabe cuándo puede llegar el peligro.
Nada me gustaría más que poder recorrer a pie todos los valles y crestas de Andorra,
pero no tengo tanto tiempo.
Con estas montañas, el helicóptero es una gran herramienta para el fotógrafo.
Voy a hacer un vuelo con Samuel Duró, uno de los pilotos con más experiencia en Andorra.
Oye Sammy, ¿cuántos años llevas de piloto?
Pues mira, pues 17 años que soy piloto aquí en Andorra.
Todo lo que se puede hacer en la montaña pues se hace en el helicóptero, que es el material y todo.
Andorra es un país de montaña donde hay pocas carreteras, el medio más rápido y más seguro.
Pues mira, ahí tenemos Sorteñ, el parque natural de Sorteñ.
Está justo debajo del pico de la Sarrera, también uno de los más altos de Andorra.
Al Estañó, que es el segundo más alto de Andorra, que también hace parte del parque de Sorteñ.
Y el pico de Casamaña que vamos a pasar.
Comapedrosa es el pico más alto de Andorra.
También hace parte de un parque natural del Comapedrosa, uno de los dos parques que hay en Andorra.
Hay dos parques naturales, ¿verdad?
Y luego está el Val del Madrid.
Correcto, el Val del Madrid, que está protegido por la Unesco.
La fotografía aérea creo que contribuye muchísimo a este tipo de proyectos,
porque te da una escala de paisaje.
Llevo un año trabajando en Andorra, Sam,
y solo cuando vuelas, de verdad conectas todas las partes que has visto desde tierra y entiendes mucho mejor.
Hay que buscar la sintonía entre el medio ambiente y después pues la gente y conservar lo máximo,
pero claro siempre innovando para estar siempre a la punta de todo,
que sea del turismo, del comercio o de la economía,
que es lo que hace funcionar un país.
Oye Sam, pues nada, muchísimas gracias,
me ha encantado el vuelo, la verdad que me ha servido para entender muy bien el paisaje de Andorra y la geografía y creo que he conseguido unas imágenes que reflejan muy bien estas montañas,
que son vuestra seña de identidad y que espero que se mantengan así muchísimos años más,
la verdad.
Me alegro mucho, gracias a vosotros.
Los días ya son más cortos, el aire más fresco.
Pronto los rebecos buscarán cobijo en las zonas más bajas.
El otoño ya está aquí y será breve.
La cámara trampa ha estado funcionando todo el verano.
Espero haber conseguido la foto porque no creo que tenga mucho más tiempo.
Venga, vamos a ver esta vez si ha habido suerte.
La gente corriendo... ¡Mira qué maravilla!
Madre con cría, el Pic d'enclat y al amanecer con el cielo púrpura.
¡Qué detalle!
¡Qué fotón!
Me voy muy, muy contento.
Muy, muy contento, la verdad.
He tardado más de cuatro meses en conseguir esta foto, pero ha merecido la pena.
Creo que resume muy bien la esencia de la naturaleza de Andorra.
Un país entre montañas, refugio de animales poco comunes en el sur de Europa,
pero tan bien adaptados a este terreno y a este clima,
que cualquier cambio en las condiciones ambientales podría comprometer su futuro.
En nuestra mano está que podamos seguir disfrutando de este espectáculo natural.
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