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2023-09-07
Los nombres de los días de la semana,
como los conoces hoy, es un legado dejado en parte por los antiguos romanos y luego complementado por la tradición religiosa.
¿Pero qué hay detrás de estos nombres?
¿Correspondían las semanas a 7 días desde el principio de la civilización?
Descubre esto y más a continuación.
El origen de los nombres de los días de la semana en español proviene de la antigua Roma.
Fueron los romanos quienes decidieron copiar el sistema de conformar una semana de 7 días de la civilización helénica.
De hecho, la palabra semana procede del latín tardío septimāna y este del latín septem que significa siete.
No obstante, y hasta ese momento los romanos tenían un sistema basado en "semanas" de ocho días llamado ciclo nundinal y además,
la manera de designar los días del mes era bastante más compleja,
la cual había sido heredada de la época del calendario lunar primitivo.
Los griegos habían nombrado sus días de acuerdo a los astros del cielo que habían recibido a su vez nombre de sus divinidades,
así, la semana griega consistía en Sol,
Luna, Ares, Hermes, Zeus, Afrodita,
y Cronos, mismo listado que los romanos retomaron como Sol,
Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno.
Ahora veamos cada uno de ellos:
El Domingo era considerado el primer día de la semana y fue bautizado por los romanos como Dies Solis,
"El día del sol".
Esta asociación aún existe hoy en día en otros idiomas como el inglés "Sunday" o el alemán "Sonntag" entre otros idiomas principalmente germánicos.
El 7 de marzo del año 321,
el emperador Constantino I el Grande decretó que el «día del sol» (actual domingo) sería guardado como el día de reposo civil obligatorio.
Se cree que esta atribución fue dada debido a que,
al haber sido el primer emperador en autorizar de manera plena y definitiva el culto cristiano en el imperio romano,
quiso darle campo al cristianismo como religión predominante en la sociedad romana.
De aquí es que comenzó la denominación de este día como "Dies Dominĭcus" o "Día del Señor",
que posteriormente se conocería como "Dŏmĭnĭcŭm" y tardíamente se transformaría en "Domeneco",
luego en "Domenego", luego "Domengo" y finalmente evolucionaría al castellano en "Domingo".
El segundo día de la semana fue bautizado por los romanos como "Dies Lunae",
el "Día de Luna" en dedicación a la diosa Luna,
quien era la correspondencia romana de la diosa griega Selene y a la vez la designación de nuestro único satélite natural.
Luna era representada como un aspecto de la diosa tiple romana o "Diva trifōrmis" junto con Diana y Proserpina y considerada como una deidad fundamental para la agricultura y era frecuentemente retratada en un carruaje tirado por caballos o bueyes.
Luna también fue tradicionalmente aceptada como la personificación del astro lunar en la tierra y tenía su propio templo en el monte Aventino de la antigua ciudad de Roma.
Del nombre original "Dies Lunae" pasó al latín vulgar simplemente como "Lunis" que prontamente evolucionó al castellano como Lunes.
El siguiente día designado por los antiguos romanos fue "Dies Martis" o lo que traduce como "El día de Marte",
el dios de la guerra, el cual era el correspondiente dios Ares del panteón griego.
Marte era el hijo de Júpiter y Juno y era a menudo asociado a la virilidad masculina.
También era el dios de las fuerzas militares y era conocido según la mitología por haber violado a Rea Silvia quien dio a luz a los gemelos Rómulo y Remo quienes fundaron a Roma.
Marte es el único dios romano al que se le rindió culto y dedicación tanto para un día de la semana como para un mes del año a través de Martius que luego derivó en Marzo.
De hecho, era en este mes de marzo cuando se realizaban la mayoría de festivales en su nombre.
De la forma original "Dies martis" se propagó en el latín tardío simplemente como "martis" y luego en el romance proto-hispánico evolucionó a "martes".
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Después de "Dies martis" seguía "Dies mercurǐi" o "día de Mercurio".
Mercurio era un dios romano, hijo de Júpiter y Maia.
Su nombre está asociado a la raíz latina "merx" que significa mercancía y era el dios de las ganancias financieras,
el comercio, la mensajería, la comunicación y curiosamente de los ladrones y los engaños.
También se le asociaba como dios que guiaba las almas al inframundo.
Mercurio tenía su propio templo en el circo máximo de la antigua ciudad de Roma y era el equivalente al dios Hermes de la mitología griega.
De la forma culta del latín "Dies mercurǐi" siguió al latín tardío "Mercuris",
pero entrado el latín vulgar desarrollado en la península ibérica derivó a "Mercuri",
luego a "Mercori", posteriormente a "Mercores" que pasaría al castellano medieval como "miercores" para finalizar en castellano moderno como miércoles.
El quinto día romano fue bautizado como "Dies Iovis", es decir, el día de Júpiter.
Júpiter era el dios principal del panteón romano,
el padre de dioses y de hombres y era equivalente al dios Zeus de la mitología griega.
Era hijo de Saturno y Ops y junto con su hermana y esposa Juno y su hija Minerva conformaba la denominada tríada capitolina que eran las deidades supremas romanas.
Del latín clásico "Dies Iovis" se deriva la forma "Dies Jovis" que luego pasó al latín vulgar solamente como "Jovis" y luego dio paso a la diptongación "Juevis" que finalmente derivó al castellano actual como "Jueves".
El siguiente día era el "Dies Veneris",
que quiere decir día dedicado a Venus,
la diosa de la belleza y del Amor.
Venus era la contraparte de la diosa griega Afrodita y era también adorada como diosa de la fertilidad y la prosperidad.
Se decía que Venus era la antecesora de todos los hombres a través de su hijo Eneas y su origen fue atribuido tardíamente en su relación con afrodita al nacimiento en su forma adulta de la espuma del mar.
Del latín "Dies Veněris" se perdió posteriormente la palabra "Dies" como en los casos anteriores a pesar de que este rasgo se mantuvo en otras lenguas romances como "Venerdì" del italiano,
"Vendredi" del francés o "Divendres" del catalán.
Al ser "Veneris" una palabra esdrújula,
la pronunciación de la segunda e fue debilitándose con el tiempo hasta que desapareció por completo,
rasgo que aún se conserva en el gallego como "Venres" sin embargo a los hispanohablantes de la edad media se les hizo más fácil pronunciar invirtiendo las consonantes pasando a Vernes y finalmente la diptongación viernes que conoces hoy.
El último día de la semana romana fue bautizado originalmente como "Dies Sāturnī" o día dedicado a Saturno,
que al igual que el domingo, aún se conserva en otros idiomas como en inglés "Saturday".
Saturno era el dios del tiempo, la generación,
la abundancia y agricultura y su contraparte griega era Cronos.
Sin embargo, una vez más, fue por la religión que este día cambió su nombre al latín bíblico "sabbătum" en procedencia del griego "sabbaton" (σάββατον) que derivó del hebreo "Shabat" (יום השבת) que significa "Día de reposo".
Del latín "sabbătum" pasó al latín vulgar como "sabato" y finalmente sábado en castellano completando así la denominación de los siete días de la semana.
¡Y esto es todo por hoy!
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¡Hasta pronto!
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