西语助手
2022-08-01
En este lugar se baila salsa, merengue y reguetón.
El plato nacional es el arroz con habichuelas (o frijoles) y el idioma principal es el español.
Puerto Rico es culturalmente tan latinoamericano como cualquier otro país de la región.
Sin embargo, la isla es un territorio que le pertenece a Estados Unidos desde hace más de 120 años.
Algunos lo consideran "la colonia más antigua del mundo".
Y es que, después de pertenecer a España durante casi 4 siglos,
Puerto Rico pasó a ser un territorio de Estados Unidos en el siglo XIX y nunca ha sido un país independiente.
Aunque en la actualidad cuenta con una Constitución y un limitado gobierno propio,
los asuntos primordiales los decide Washington.
Pero ¿cómo fue que Puerto Rico se convirtió en parte de Estados Unidos?
Eso te lo contamos en este video.
Primero debemos hacer un repaso histórico y ver qué ocurría justo antes de que Estados Unidos invadiera la isla.
A finales del siglo XIX, el imperio español se encontraba en decadencia.
Tras haber sido la potencia con más colonias en América durante casi 4 siglos,
en el continente solo le quedaban Cuba y Puerto Rico.
Al tiempo que esto ocurría, Estados Unidos emergía como una potencia mundial.
¿Y qué pasaba en Puerto Rico?
Pues para la época, la isla había vivido varias revueltas independentistas que se habían enfrentado al ejército español.
Pero el punto de quiebre de esta historia, el suceso que lo cambió todo,
ocurrió en la otra isla caribeña: Cuba.
En 1898, una lucha armada por la independencia arrastró a su población a un conflicto interno violento.
Lo que sucedía atrapó la atención de EE.UU.,
que vio en el conflicto cubano una amenaza para sus intereses en la región.
Y esto generó tensión entre Washington y Madrid.
Así que hasta ahora tenemos:
un imperio en declive, el poder emergente y dos colonias marcadas por conflictos internos.
En este contexto ocurre un suceso dramático.
En febrero de 1898, el extraño hundimiento de un buque de guerra estadounidense en la bahía de La Habana,
llamado el acorazado Maine,
llevó a Estados Unidos a declararle la guerra a España.
Hoy en día, lo ocurrido con el buque sigue siendo un "misterio" y así lo califica,
incluso, la literatura oficial estadounidense.
Aún se desconoce a ciencia cierta quién fue el responsable de su hundimiento,
en el que murieron 260 personas.
Este hecho hizo que Estados Unidos decidiera implicarse a favor de la independencia cubana y,
a la par, llevó a su ejército a invadir Puerto Rico en julio de ese mismo año.
Y muchos boricuas apoyaron la invasión.
Las fuerzas del general Miles desembarcaron el 25 de julio de 1898 en una bahía del sur de Puerto Rico que se llama Guánica.
No encontraron ninguna resistencia.
Los pueblos se lanzaron a vitorear, en gran medida, al ejército invasor.
España significaba, en gran medida, para muchos, el atraso.
Y EE.UU. significaba prosperidad, significaba innovación, modernidad y democracia.
La guerra culminó con el Tratado de París, que se firmó en diciembre de ese año.
Con el acuerdo, Madrid se comprometió a garantizar la independencia de Cuba.
También a vender a los Estados Unidos el archipiélago de Filipinas por 20 millones de dólares y a cederle Puerto Rico.
Pero el territorio boricua no era el principal objetivo de los estadounidenses,
aunque sí era clave para su estrategia militar.
¿Por qué? Pues para entender esto, hay que mencionar otro hito en el continente:
la construcción del Canal de Panamá.
Finalmente, está decidido que va a hacer un canal y Puerto Rico es (que lo había sido bajo España también) la llave para lo que se llama el "seno mexicano",
es decir, todo el Caribe y el Golfo de México.
Así que el verdadero atractivo era la posición geográfica de Puerto Rico,
que le ofrecía al país norteamericano un enclave estratégico para fines militares.
Luego de la invasión, la isla tuvo por varios años gobiernos militares nombrados directamente por EE.UU.
En este periodo también nacieron nuevos movimientos independentistas contra los que Estados Unidos emprendió una fuerte persecución a través de sus agencias de inteligencia y la policía local.
¿Qué pasó luego de los gobiernos militares?
Primero debes saber que, en 1940, la Ley de Nacionalidad le otorgó la ciudadanía estadounidense a todos los nacidos en la isla,
aunque previamente otra ley les había concedido este derecho a la mayoría de ellos.
Más adelante, en 1952, EE.UU. autorizó a los isleños redactar su propia Constitución (aunque con poderes limitados) y les permitió tener un gobierno local,
que perdura actualmente,
llamado Estado Libre Asociado.
Bajo este sistema pueden administrar algunos asuntos internos.
También elegir a un gobernador, un poder legislativo y establecer un sistema judicial.
Sin embargo, el control de sus fronteras,
sus relaciones internacionales y su defensa son responsabilidad de Washington.
Los puertorriqueños también carecen de otros derechos si residen en la isla.
No pueden votar en las elecciones presidenciales y su representante ante el Congreso de EE.UU. tampoco tiene voto.
En años recientes, el debate del estatus político ha tomado auge tanto en Puerto Rico como en el Congreso estadounidense.
Estas discusiones son impulsadas por el deterioro fiscal y la poca atención que recibió Puerto Rico por parte de Estados Unidos en 2017,
cuando el huracán María devastó parte de la isla.
A nivel local se han realizado varios referéndums para consultar qué prefieren los puertorriqueños,
aunque ninguno ha sido vinculante con el gobierno federal,
por lo que sus resultados no han sido respetados.
En el último, realizado en 2020,
la opción de que Puerto Rico se convierta en un estado de EE.UU. fue favorecida,
aunque la votación fue cuestionada por la baja participación electoral.
Las otras dos opciones posibles para los boricuas son:
la libre asociación, que se diferencia del estatus actual porque,
bajo este modelo, la isla sería un país soberano que tendría un acuerdo especial con EE.UU. refrendado por ambos,
o la independencia definitiva.
Entre los puertorriqueños hay división sobre cuál debería ser el futuro político de la isla.
Aun así, esto no les impide sentirse orgullosos de su identidad cultural.
Como decimos en la isla:
boricuas hasta en la luna.
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