西语助手
2023-12-20
Cada año se producen miles de millones de tubos de pasta dental en todo el mundo.
La pasta de dientes está compuesta por sustancias abrasivas que frotan los dientes hasta dejarlos limpios.
Sorprendentemente para hacer la pasta de dientes se necesita una gran cantidad de roca.
Pero, ¿cómo mezclan esos minerales tan duros hasta conseguir una pasta blanda con sabor a menta?
¿Y cómo le hacen las rayas?
Visitamos la fábrica de Colgate para descubrir cómo se hace una de las pastas de dientes más populares del mundo.
Colgate es una marca de pasta dental que ayuda a prevenir problemas como la caries y el mal aliento.
Actualmente esta pasta es vendida en supermercados y algunos otros pequeños negocios en más de 150 países del mundo.
La historia de Colgate se remonta a principios del siglo XIX.
William Colgate, un inmigrante inglés,
fundó lo que se convertiría en una de las marcas de cuidado bucal más reconocidas del mundo.
En 1806 comenzó un modesto negocio de jabón y velas en Nueva York.
La dedicación de Colgate a la calidad y la innovación pronto llevó a la expansión de su línea de productos.
A mediados del siglo XIX, la compañía empezó a fabricar jabones perfumados y dentífricos,
un producto que sería clave para su éxito futuro.
El primer dentífrico envasado en tubo fue lanzado en 1873, lo que marcó un hito en la higiene dental personal.
En ese momento la pasta se vendía en frascos y no era tan accesible ni conveniente como en la forma de tubo.
El enfoque de Colgate en la investigación científica para mejorar sus productos llevó al desarrollo de pastas dentales más efectivas y agradables.
Durante el siglo XX, la marca continuó innovando,
introduciendo productos como la pasta dental con fluoruro,
lo que marcó un avance significativo en la lucha contra la caries dental.
La expansión global de Colgate se aceleró a lo largo del siglo XX.
La compañía se convirtió en un líder mundial en el mercado de higiene bucal.
Su presencia se extendió a múltiples países,
convirtiéndose en un elemento básico en los hogares de millones de personas en todo el mundo.
La pasta de dientes moderna tiene muchos beneficios positivos,
como mantener los dientes blancos y proteger contra enfermedades de las encías y caries dolorosas.
La fabricación de pasta de dientes es todo un proceso químico y mecánico fascinante.
Se inicia con la combinación de sustancias abrasivas como roca y arena,
ingredientes sorprendentes que se convierten en la esencia de la limpieza dental.
La producción de nuestra protección favorita con sabor a flúor comienza en fábricas como esta.
En la planta de Colgate, a las afueras de Londres,
se despliega una coreografía industrial al comenzar el día. Esta fábrica produce un millón de tubos de pasta dental al día. Los ingredientes de la pasta dental llegan a la fábrica en camiones como este.
La demanda mundial de pasta de dientes es enorme y por eso fábricas como esta tienen mucho trabajo.
La fábrica recibe los componentes principales que formarán la base de la pasta dental.
Estos ingredientes suelen incluir fluoruro de sodio, como agente para prevenir la caries,
abrasivos como sílice y carbonato de calcio o el bicarbonato de sodio para la limpieza mecánica.
La transformación comienza con la descarga de sacos,
que en unas horas se convertirán en la valiosa pasta de dientes.
El disolvente que es el agua se encarga de disolver todos estos materiales.
También se incluyen saborizantes para darle gusto y olor,
colorantes para la estética, agentes espumantes,
aglutinantes para la consistencia, reguladores de pH,
humectantes para evitar que la pasta se seque y conservantes para extender su vida útil.
Juntos estos productos químicos de nombres complicados trabajan hacia un objetivo simple,
proteger los dientes de la caries.
Se miden cantidades específicas de cada químico en grandes contenedores.
Medir todas estas sustancias en las cantidades adecuadas no es una tarea sencilla,
ya que algunas se usan en toneladas y otras en kilos.
Una vez que se pesan y dosifican cuidadosamente los ingredientes,
se combinan en un mezclador de alta capacidad.
Este mezclador es una maquinaria especializada diseñada para integrar los componentes de manera uniforme y homogénea.
En este punto unas potentes batidoras entran en acción,
capaces de mezclar grandes cantidades a una velocidad asombrosa,
moviendo 5 toneladas en tan solo 5 minutos.
Estas máquinas no solo trituran los ingredientes ásperos,
sino que los mezclan con precisión milimétrica,
añadiendo un gel para homogeneizar la mezcla.
El corazón del proceso alberga agitadoras gigantes,
girando a una velocidad vertiginosa de 2.500 revoluciones por minuto,
equivalentes a la fuerza de un automóvil circulando a 30 kilómetros por hora.
En los tanques la mezcla se ha combinado para formar una sustancia similar a una masa.
Una vez que los ingredientes están completamente combinados, se envían a cocinar.
La mezcla debe calentarse en grandes ollas de aluminio para evitar cualquier reacción química no deseada dentro de la mezcla de la pasta de dientes.
Cada lote produce suficiente pasta de dientes para llenar alrededor de 30.000 tubos.
La precisión es fundamental, la mezcla debe ser exacta para evitar grumos que afecten la calidad final.
Cuando se abre una caldera, parece un gran bol lleno de glaseado por dentro.
Las espátulas se usan para raspar cualquier exceso que se adhiera a las cuchillas mezcladoras.
Una vez lograda la consistencia deseada,
la pasta de dientes emprende un viaje por intrincadas tuberías hasta llegar a una cámara presurizada lista para ser envasada en los tubos.
Sin embargo, falta un detalle crucial, las rayas.
Y ahora es el momento de agregar algo de color.
Aunque no contiene ingredientes activos, esta mezcla formará las famosas rayas multicolores.
Su inserción sin manchar el resto de la pasta blanca es todo un desafío.
La respuesta radica en un laboratorio,
donde expertos aseguran la consistencia,
realizando pruebas de viscosidad para garantizar que las rayas se mantengan intactas y que la pasta fluya perfectamente del tubo al cepillo.
La investigación muestra que los compradores prefieren la variedad rayada sobre los productos simples.
Así que el líquido de color se mezcla con la pasta de dientes simple.
Aunque su tono sintético de rojo y azul puede parecer desagradable,
es perfectamente seguro para los humanos.
Después de combinarse con la mezcla básica, la mezcla final es menos llamativa y formará parte del acabado rayado producido al apretar los tubos multicolores de pasta de dientes.
Las pastas de dientes vienen en una gama de colores y sabores,
probablemente la variedad más popular y familiar sea la de menta.
Los químicos incorporan este y otros sabores en la mezcla utilizando aceites esenciales.
Al combinar diferentes cantidades de varios aceites,
los químicos pueden recrear casi cualquier sabor que deseen.
Un departamento de pruebas dedicado pasa horas al día probando nuevos sabores.
Cada lote es sometido a escrupulosas verificaciones.
Cualquier variación en la viscosidad podría resultar catastrófica,
lo que resalta la importancia de esta fase del proceso.
El cuidadoso trabajo culmina con la confirmación de que el cargamento cumple con los estándares de viscosidad,
pero queda un último secreto, la inserción de las rayas en los tubos.
El misterio se resuelve con distribuidores separados que aseguran su colocación sin interferencias.
La pasta dental se bombea a través de tuberías hasta la máquina de llenado.
Esta máquina distribuye la pasta de manera uniforme en cada tubo.
Cada color diferente ingresa al sistema a través de una tubería diferente.
La máquina puede llenar 180 tubos cada minuto.
La máquina inyecta las tres pastas una al lado de la otra,
sin separación física, pero debido a la viscosidad de la pasta,
no se mezclan.
Se inyectan exactamente 70 gramos de pasta dental en cada tubo.
Una vez que se llena cada tubo con la cantidad apropiada de pasta dental,
se procede a sellarlos herméticamente.
Esta acción asegura que el producto permanezca fresco y protegido de la contaminación exterior.
Una vez que el lote está listo, se toma una muestra para evaluarlo.
Pero, ¿cómo limpia esto tus dientes?
La pasta dental realiza principalmente dos tipos de limpieza, una química y otra mecánica.
Algunas sustancias reaccionan con las bacterias y la suciedad en los dientes, descomponiéndolas.
Además, protegen la boca.
El segundo método es mecánico: pequeñas partículas sólidas frotan los dientes mientras cepillas.
Los tubos se colocan en la cinta transportadora en grupos de 15 y la máquina gira cada tubo para posicionar correctamente la marca.
Esto es crucial, de lo contrario los tubos se sellarán de manera extraña.
Después de ser llenados, sellados y marcados,
los tubos se agrupan en cajas, listos para ser embalados y enviados para su distribución y venta en el mercado.
Para asegurarse de que cada caja esté llena, todas se pesan.
24 tubos deberían pesar poco más de 1,350 gramos.
Cualquier caja que no contenga suficientes tubos,
no alcanzará ese peso y será retirada de inmediato.
Solo las cajas completas se cierran para ser vendidas.
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