Lycoris1026
2017-01-31
Éramos muy jóvenes. Yo había acabado la secundaria y Rafo recién había empezado la universidad.
Estábamos enamorados y sólo queríamos casarnos. Te amo, mi Rafito.
Mi madre no quiso saber nada del asunto. Gloria, no te cases. Eres muy joven y Rafo está empezando sus estudios.
Además, tú debes estudiar también. Estudiaré, mamita. Estudiaremos y trabajaremos. El amor todo lo puede.
¿Y de qué van a vivir? Ay, mamá, ¿no dicen "contigo, pan y cebolla"?
Y nos casamos. Fuimos felices y comimos perdices durante unos meses. Mi madre nos dio un espacio en su casa, pero…
Gloria, ¿qué pasa con Rafo? No lo veo muy colaborador. Habían pasado seis meses y mi Rafo no daba señas de querer trabajar.
Tengo que estudiar, Gloria. ¿Y si buscas trabajo tú? ¿Yo?
Recuerda eso de "hoy por mí, mañana por ti". Mi mamá me dio empleo en su pequeña tienda.
Yo ganaba poco y el dinero se iba en los estudios de Rafo. Así que no pude entrar a la universidad.
Pero no importaba, Rafo sería profesional y todo se arreglaría. Estábamos en eso cuando me embaracé y…
Rafo, tienes que buscar un trabajo. Con lo que gano no alcanza para el bebé.
Además, ¿no te gustaría que tuviéramos nuestra propia casa? ¿Y dejar a tu mamá sola en esta casa tan grande? ¿Dejar al bebé sin abuela?
Busca algo. Ya me da vergüenza ante mi mamá. Y se puso a trabajar. Es decir, comenzó como almacenero en un supermercado.
Todo parecía bien, hasta que… Rafo, no te veo estudiar.
Es que no me da tiempo, Glorita. Pero, ¿cómo vas a dejar la universidad?
¿Qué quieres, que estudie o que trabaje? Puedes hacer ambas cosas. Estudia en las noches.
¡Imposible! En resumen, dejó la universidad. Y pronto dejó también el supermercado.
¿Qué pasó, Rafo? Glorita, no te dije nada para no preocuparte, pero el supervisor es un déspota.
Yo no estoy para aguantar abusos. ¿Y ahora?
No te preocupes. Buscaré otra cosa. ¿Y si hablo con mi padrino?
Él tiene un hotel y necesita un recepcionista para las noches. ¿Trabajar en las noches? . . . ¿Quieres que me enferme? . . . No, yo veré algo mejor…
Sea por el horario, por el supervisor, o por no encontrar nada digno de él, el caso es que no trabaja. Ni en la calle ni en la casa.
¡Rafo, atiende al niño, estoy ocupada! Suegrita, ¿puede ver a su nietito? . . . Gracias, usted es un ángel.
El tiempo pasa y las cuentas no esperan. El único que no tiene apuro es Rafo. Rafo, hay que pagar la luz.
No tengo, mi amor… Rafo, la leche del niño…
No tengo, Glorita… No te preocupes, hija. Yo te presto.
Rafo dice que el dinero no es lo principal en la vida. Glorita, te he traído este ramo de flores. ¿Te gusta?
Nos han cortado el teléfono. Por favor, mi amor, no pierdas el romanticismo.
Así es mi vida. Han pasado cinco años y Rafo no asume ninguna responsabilidad económica ni doméstica.
Tengo que reconocer que es un hombre alegre y cariñoso. Pero… no le gusta trabajar. ¿Qué hago? ¿Qué harías tú en mi lugar?
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