西语助手
2020-02-17
Quizás nunca te lo habías planteado, pero el color es fascinante.
Cómo los rayos de luz rebotan en todo y alteran cómo vemos las cosas.
Y cómo desde el principio los humanos hemos tratado de describir el color de lo que vemos.
Por ejemplo, Platón consideraba que existían 4 colores básicos: el blanco, el negro, el rojo y el brillante;algo que para nosotros ni siquiera es un color.
Y algunos siglos antes Homero escribió sobre el mar diciendo que tenía un color vino oscuro.
De hecho la forma de los griegos de describir el color hizo que durante un tiempo se creyera que, literalmente, lo percibían distinto a nosotros.
El mismo Nietsche llegó a afirmar que los antiguos griegos eran daltónicos.
Pero no iba de eso.
No era un tema de cómo sus ojos y su cerebro percibían el color, sino de cómo lo describían.
¿Y cómo describimos el color en castellano?
Quizás te parece que lo hacemos de una forma mucho más lógica y comprensible, pero también tenemos nuestras cosas.
Por ejemplo: ¿por qué este color y su variante más clara siguen siendo el mismo color: verde oscuro y verde claro. . .
pero a este lo llamamos rojo y a su variante clara le damos otro nombre distinto, rosa?
¿Y por qué les pusimos esos nombres a los colores?
Probablemente te sea complicado imaginar por qué el blanco se llama blanco, el verde verde o el naranja, naranja.
Bueno, ok, el del naranja es un poco más obvio.
Pero vamos a repasar algunos de estos nombres.
Por ejemplo: rojo.
Antes del siglo XV en España nadie decía "rojo" para hablar de esto.
Lo llamaban bermejo, aunque también se usaba "colorado" y "encarnado".
El término rojo procede del adjetivo latino "russus".
Pero cuidado, porque 'russus' era un matiz específico del color rojo: como un rojo fuerte.
El naranja es fácil.
Sí, se llama así por la fruta.
Fueron los árabes quienes introdujeron la naranja en Europa.
La llamaban algo así como naranǧa, un nombre que adoptaron del persa nārang.
Así que una cosa llevó a la otra.
Y lo mismo pasó con el amarillo.
Que atención, recibe su nombre del animal, el armadillo.
¡¿No hombre, qué dices? !
Qué va.
Ah, ¿no?
A mí me sonaba bien.
Pues el amarillo viene del latín "amarĕllus", que a su vez deriva de otro término latino,"amarus", que significa amargo.
Sí, ahora sí.
Ojo, que esta historia tiene miga.
Se dice que es por la bilis, llamada en aquel entonces humor amargo.
El mal funcionamiento en la secreción de la bilis provoca ictericia, que puesto sencillo, es cuando la piel se te pone amarilla.
Y así la palabra latina para "amargo" terminó significando amarillo.
Obviamente, hay otros colores que reciben su nombre del latín.
Al fin y al cabo el español es una lengua romance.
Por ejemplo, el verde viene de "virĭdis", que en latín servía para referirse al color verde pero que también significaba vigoroso, vivo, joven.
El negro también viene del latín, pero con una particularidad.
Nosotros llamamos igual al negro mate que al negro brillante, pero los romanos distinguían.
El negro mate era "ater" y el brillante "niger".
El castellano se quedó con niger, que derivó en la palabra negro.
De hecho en nuestro idioma hay muchas palabras que derivan del niger de los romanos.
Como denigrar, que alude a manchar, a ennegrecer, la reputación de alguien.
Otro día podemos hablar de por qué el negro se ha usado durante tanto tiempo con connotaciones negativas.
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El blanco es distinto.
No proviene del latín sino del alemán blank.
El castellano lo tomó en la Edad Media, en la época de las invasiones germánicas en la península Ibérica.
De hecho hay constancia del uso de blanco como adjetivo desde el siglo XII.
Es un caso parecido al del rojo: antes se llamaba de otra manera.
En el caso del blanco, la palabra era albo.
Esta vez sí, derivada del latín albus.
Hoy en día aún encontramos el uso de alba como adjetivo para decir blanca.
Por ejemplo, como cuando hablamos del alba, la primera luz del día cuando sale el sol.
Y por último veamos el azul.
Igual que el naranja, el azul se introdujo en el castellano a través de los árabes, que a su vez tomaron el vocablo del persa.
Los árabes usaban "lazawárd", algo muy parecido a la palabra que con la que se referían al lapislázuli.
Esa piedra de color azul intenso tan apreciada desde la antigüedad.
Lo cierto es que no es nada fácil ponerle nombre a los colores por ejemplo, este es uno de mis colores favoritos últimamente.
Pero, ¿Cómo lo llamarías?
Déjalo en los comentarios y a ver si nos ponemos de acuerdo.
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