西语助手
2022-08-31
Estás en medio de una conversación con un amigo,
y te dice: "¿te imaginas que tu perrito tuviera un accidente?" .
Automáticamente los dos tocáis algún mueble dándole unos golpes,
y diciendo en alto: "Toco madera".
Existe la creencia de que si se dice en alto esta frase y se toca madera,
se evita que pase algo malo, aunque dependiendo de la zona,
también se hace para atraer la buena suerte.
En algunos lugares basta con tocar este material,
pero en otros hay que dar unos golpes en él para que surta efecto.
¿Pero… sabéis por qué lo hacemos, y cuál es el origen de esta superstición?
Uno de sus orígenes se remonta a las creencias paganas,
más precisamente a los mitos celtas,
que aseguraban que todos los árboles eran sagrados y que allí habitaban hadas y otros seres fantásticos que con su ayuda podían atraer la buena suerte.
Gracias a los golpes y a pronunciar la frase en alto,
estos seres podían oír las peticiones y acudir para llevarlas a cabo.
Por esta razón se daba un segundo golpe,
el primero era para señalar nuestro deseo y el segundo para dar las gracias por su ayuda.
Otra teoría pagana similar, decía que cada especie de árbol poseía un espíritu guardián.
En la versión más antigua de esta tradición,
no solo era necesario tocar madera,
sino que tenía que ser específicamente la madera del árbol sagrado que correspondía a cada persona,
de acuerdo a su nacimiento.
Aquellos que se disponían a emprender un viaje,
por ejemplo, tocaban la corteza de su árbol sagrado para pedir protección y suerte.
También los mitos griegos tenían una superstición parecida,
aunque en este caso, la única madera que había que tocar para pedir suerte era la del roble.
Según esta teoría, los robles del mundo estaban conectados con el pensamiento de Zeus,
de manera que al tocar un roble uno podía comunicarse directamente con el dios y solicitarle su bendición.
Los cristianos, también tuvieron su propia versión, ya que creían que tocando este material,
conectaban con la madera de la cruz de Jesús,
y por lo tanto también conseguían una protección divina.
Los más supersticiosos dicen que no sirve tocar cualquier mueble de madera,
y menos alguno que disponga de 2 o 4 patas.
Es decir, no valdría con tocar una silla o una mesa.
Aunque casi todos tocamos lo primero que tenemos a mano.
Se dice que el verdadero poder proviene de toda aquella madera que esté en contacto con la tierra,
como es el caso de los troncos.
Nadie sabe exactamente en qué momento los árboles dejaron de ser considerados como algo sagrado,
y se fueron degradando hasta ser considerados simples trozos de madera.
Podemos ver la influencia en cómo poco a poco la tradición fue cambiando,
ya que en determinadas regiones ya no es necesario ni siquiera tener este material cerca,
basta con decir en alto "toco madera" para obtener su "supuesta" eficacia de protección.
Independientemente de su origen exacto,
la expresión se ha mantenido hasta la actualidad en muchos rincones del mundo,
con traducciones muy similares.
Sin saber muy bien por qué, seguimos realizándolo esperando tener suerte y alejando lo negativo.
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