西语助手
2020-01-01
Cuando en España nos encontramos con un pollo siempre nos hacemos la misma pregunta: ¿muslo o pechuga?
Y no nos damos cuenta que hay otra parte del pollo que está buenísima y que además tiene múltiples posibilidades culinarias: las alitas.
Hoy os vamos a preparar tres recetas de alitas: una clásica, una muy peculiar y un poco exótica.
Pajaritos a bailar los bracitos a mover…
Seca las alitas de pollo con papel de cocina.
Este paso es importante para asegurar que la piel queda crujiente.
Embadúrnalas con un poco de aceite y sal y ponlas separadas en una bandeja de horno.
Calienta el horno con el grill.
Pon la bandeja a unos 10 centímetros de la parte de arriba.
Hornea las alitas hasta que estén doradas dándoles la vuelta de vez en cuando.
Tardarán unos 15 minutos pero el tiempo de cocción dependerá de la potencia de tu horno.
Mientras, mezcla en un bol la mantequilla derretida, la salsa picante, el vinagre, el ajo, la sal y la pimienta.
Una vez estén listas las alitas, ponlas en el bol para cubrirlas bien con la salsa.
Vuelve a ponerlas en la bandeja y hornéalas nuevamente unos 3 o 4 minutos dándoles la vuelta y vigilando que no se quemen.
Sírvelas acompañadas de bastones de apio y crema de queso azul.
Pon las alitas en una fuente con el líquido de los pepinillos.
Déjalo marinando en la nevera entre 1 y 4 horas.
Mezcla en un bol el brandy o el coñac, la miel, el azúcar moreno, la cebolla en polvo, el pimentón, la cayena, la sal y la pimienta.
Cuando estén marinadas pasa las alitas escurridas al bol y muévelas para que se impregnen bien con la mezcla.
Ponlas en una bandeja de horno y vuelve a condimentarlas con sal y pimienta.
Hornéalas a 220 grados con ventilador hasta que estén doradas y crujientes.
Tardan entre 30 y 40 minutos.
Hay que darles la vuelta a la mitad y vigilar que no se quemen.
Sírvelas con eneldo y pepinillos en rodajas.
Mezcla y calienta en un cazo el agua, el jengibre, la salsa de soja, el vinagre y el azúcar.
Llévalo a ebullición y añade la miel y la cayena, y deja que se reduzca hasta más de la mitad.
Debe tener consistencia de sirope.
En un bol mezclar la harina, la sal y la pimienta.
Pon las alitas en el bol y muévelas para que se cubran bien.
Calienta aceite abundante en una sartén.
Fríe las alitas en tandas hasta que se doren.
Ponlas en un plato con papel de cocina para que pierdan el exceso de grasa.
Unta las alitas con la salsa desechando el jengibre y termínalas con sésamo tostado y tallo de cebolleta picado.
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