西语助手
2022-07-19
Son los únicos territorios europeos que quedan en África continental.
Sus fronteras han sido foco de crisis migratorias y disputas diplomáticas.
Y son, además, las dos entidades con menor riqueza per cápita de uno de los países más ricos de Europa.
Hablamos de Ceuta y Melilla, dos ciudades españolas que Marruecos ha reivindicado frecuentemente como suyas.
Y que en los últimos años han ocupado un papel central en las tensiones entre ambos países.
Pero, ¿cómo se convirtieron estas en españolas si están en plena costa del continente africano?
¿En qué se ha basado Marruecos cuando reivindica la soberanía de Ceuta y Melilla?
Te lo explicamos en este video.
En realidad, Ceuta y Melilla ya pertenecían a España,
o al conjunto de reinos cristianos que originaron este país,
al menos 500 años antes de que Marruecos existiera como el Estado que hoy conocemos.
Pero vayamos atrás en el tiempo, hasta el siglo XV.
A comienzos de ese siglo, Ceuta había estado controlada por varias dinastías bereberes y árabes y era uno de los puertos económicos más estratégicos del mundo islámico.
Hasta entonces, distintos reinos islámicos, a su vez, habían dominado la península ibérica,
lo que es hoy España y Portugal, por más de 600 años.
Pero precisamente a fines de ese siglo XV,
Portugal y España culminaron un proceso de expulsión de los árabes de la península que fue conocido como la reconquista cristiana.
A partir de ahí ambos países comenzaron también a expandirse más allá de sus fronteras.
Así fue como Portugal conquistó Ceuta en 1415 y España hizo lo propio con Melilla en 1497, bajo mandato de los Reyes Católicos Fernando II de Aragón e Isabel de Castilla.
Más tarde, en 1580, Portugal y España formaron la Unión Ibérica,
una dinastía conjunta que compartía sus amplios dominios.
Cuando esta unión se disolvió en 1640, España se quedó con Ceuta y con Melilla.
A lo largo de su historia, los dos puertos fueron clave para las pretensiones expansionistas de España.
Fijémonos dónde se encuentran estas dos ciudades para entender mejor su importancia.
Ceuta está al otro lado del estrecho de Gibraltar,
apenas a 14 kilómetros de la costa peninsular española.
Y esto le ha permitido a España controlar en gran medida la entrada al mar Mediterráneo a través del estrecho.
El puerto de Melilla, a más de 200 kilómetros al este de Ceuta,
ha servido también como una base para luchar contra la piratería.
Y la geografía de estas dos ciudades siguió siendo clave para los intereses de España incluso muchos años más tarde,
en las primeras décadas del siglo XX.
En esta época convulsa en el norte de África había muchos intereses en juego por parte de las grandes potencias colonialistas europeas como Reino Unido,
Francia y la propia España.
En el territorio que luego se convirtió en Marruecos, existía una situación muy inestable,
con divisiones y rebeliones internas.
En este contexto, en 1911 el sultán Abd al-Hafid solicitó la ayuda de Francia.
Un año más tarde, el sultán y Francia firmaron el llamado Tratado de Fez,
donde se estableció un protectorado francés en el territorio.
Como parte del acuerdo, España recibió zonas de protección en el norte y en el sur.
En este reparto Ceuta y Melilla, siguieron manteniendo su estatus de ciudades españolas.
Durante los años del protectorado, estas zonas estaban bajo continuas amenazas de conflicto.
Por eso el gobierno español solía mandar a las tropas mejor preparadas del momento.
Y precisamente en Melilla, en 1936, se originó el levantamiento militar que dio lugar a la Guerra Civil española que acabó en 1939.
El protectorado español en África culminó en 1956, cuando Marruecos alcanzó su independencia,
pero Ceuta y Melilla continuaron siendo españolas.
Y es que por más de cinco siglos, España ha considerado que estos territorios son parte inherente de su unidad.
Pero para muchos musulmanes estas provincias son un doloroso recuerdo de derrota y humillación,
si cabe, ante el poder colonial cristiano.
Prácticamente desde su independencia,
Marruecos ha reclamado frecuentemente el fin de lo que ellos consideran una ocupación española en Ceuta y Melilla.
Y estos no son los únicos territorios que Marruecos reivindica.
Cerca de la costa marroquí, el Peñón de Vélez de la Gomera, el Peñón de Alhucemas,
las Islas Chafarinas y el Islote de Perejil también son de España,
aunque en estos territorios no vive población civil.
Estas reclamaciones son parte de la idea del Gran Marruecos,
en que los marroquíes piden también la soberanía sobre otras zonas del territorio norafricano,
incluido el Sáhara Occidental.
Pero cuando Marruecos presentó el caso de Ceuta y Melilla como territorios no autónomos pendientes por descolonizar,
este fue desestimado por Naciones Unidas.
La defensa legal de España es que estos territorios,
como decíamos al principio, se convirtieron en españoles mucho antes de que Marruecos existiera como Estado.
Y, bajo la ley, tampoco se los considera colonias porque tienen estatutos autonómicos dentro de la Constitución española.
Es por ello que varios expertos opinan que para Marruecos sería difícil revertir ese estatus,
aunque concuerdan en que podría mantener sus reclamaciones como estrategia política.
Pero, ¿cuál es la situación actual de estos territorios?
Como decíamos anteriormente, Ceuta y Melilla son dos ciudades autónomas españolas y cuentan con competencias similares a las de otras autonomías del país como Andalucía,
País Vasco o Cataluña.
A pesar del origen marroquí de gran parte de su población y del crecimiento de la religión musulmana,
los expertos aseguran que de momento no se ha generado un problema serio de identidad nacional.
Por el contrario, se dice que la mayoría defiende su identidad española.
Muchos creen que esto tiene que ver con una cuestión de bienestar material y de acceso a derechos y libertades.
Pero lo que sí es un reto es la seguridad y la economía.
Al estar incrustados en la costa norte africana,
son el único punto de entrada terrestre a la Unión Europea desde este continente.
Esto las convierte en el objetivo de miles de migrantes cada año que huyen de la pobreza,
conflictos armados o persecuciones.
Ceuta y Melilla están rodeadas por las vallas más fortificadas de la Unión Europea y cada año se producen muertes de migrantes intentando cruzar.
La economía de Ceuta y Melilla es delicada y depende en gran parte del contrabando y comercio sumergido entre ambas fronteras.
Por este motivo y las tensiones de los últimos años, las alarmas han saltado.
De ahí que organizaciones como el Observatorio de Ceuta y Melilla han estado pidiendo medidas contundentes al gobierno español.
Entre ellas, cambiar el modelo económico de estas ciudades,
disminuir la dependencia de Marruecos e impedir así futuras crisis.
En marzo de 2022 España y Marruecos mejoraron sus relaciones bilaterales,
sobre todo después de que España aprobar el proyecto marroquí de autonomía del Sáhara Occidental.
Aún así, los expertos no creen que Marruecos vaya a abandonar por completo sus reivindicaciones sobre Ceuta y Melilla.
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