西语助手
2020-02-18
La humanidad siempre ha tenido dos sueños: viajar a la luna y encontrar la tarta de queso perfecta.
En 1969, ya conseguimos lo primero y hoy vamos a por lo segundo.
Compararemos cuatro tartas de queso muy famosas.
Ojo, porque no vamos a comparar las propias tartas que hacen esos restaurantes, sino lo que te sale en casa con las recetas que ellos mismos nos han pasado.
En el restaurante La Viña, de San Sebastián, hacen una tarta de queso sencilla con pocos ingredientes y sin base.
Calienta el horno a 220 grados.
Forra un molde con 22 centímetros de diámetro con papel de horno humedecido.
Bate y mezcla todos los ingredientes: comienza con los huevos y el azúcar y sigue con el queso, la nata y la cucharada de harina.
Vierte en el molde y hornea a 210 grados durante 40 minutos.
Saca la tarta del horno, debe quedar temblorosa y cremosa.
Después de un par de horas de reposo estará lista.
Lo primero que hay que decir es que esta tarta sale muy parecida en casa a como es la de La Viña, que eso es importante.
Juega muy inteligentemente la baza de no tener base de galletas; todo crema, todo queso.
Es una tarta bastante dulce, pero la sal que lleva el queso crema hace de contrapeso y logra que no resulte demasiado empalagosa.
La receta del restaurante Cañadío, de Santander y Madrid, utiliza dos tipos de queso y tiene una base de galleta.
Empieza calentando el horno a 180 grados.
Mezcla y tritura la mantequilla con las galletas hasta obtener una masa.
Cubre con ella un molde redondo de 22 centímetros untado con mantequilla.
Mezcla los huevos, la nata, los quesos y el azúcar.
Vuelca la mezcla en el molde.
Hornea a 180 grados durante 35 minutos.
Esta es una tarta de queso que se desparrama.
Y diréis: ay, no, es que está cruda, es que está cruda, es que no está bien hecha.
¡Pues no!
Es que las tartas de queso modernas se hacen así.
Asumidlo.
Aunque también he de decir que a mí me resulta un poco demasiado líquida.
Esta es una tarta cuyo aspecto en el restaurante es mucho mejor que lo que te sale en casa siguiendo la receta del restaurante.
Y luego a la base de galleta lo que le ha pasado es que se ha quedado un poco húmeda.
Me gusta que no es muy dulce, pero también noto los trocitos de queso fresco y eso me quita un poco de placer.
En Zuberoa, el restaurante del chef Hilario Arbelaitz, en Oiartzun, incorporan un poco de queso azul en su espectacular tarta.
Calienta el horno a 180 grados.
Para hacer la base, pon la harina, el azúcar y la sal en un bol.
Integra poco a poco la mantequilla en pomada mientras amasas.
Añade el huevo e intégralo bien.
Estira la masa con un rodillo y forra un molde redondo de 24 centímetros untado con mantequilla y enharinado.
Hornea esta masa a 180 grados hasta que se dore, unos 15 minutos más o menos.
Mezcla el queso azul con un poco de la nata hasta que quede una crema muy homogénea.
Añade el queso crema, los huevos, el azúcar, la sal y el resto de la nata y bátelo bien.
Vierte la mezcla en el molde y hornea durante 25 minutos a 180 grados.
Después del dulzor de las dos anteriores tartas, la de Zuberoa es como una bendición.
Porque es una tarta muy moderada, de textura está perfecta.
Se nota el saborcito ese de queso azul al final.
Está para comerte una entera.
En el restaurante Estimar de Barcelona aromatizan la tarta de queso con cítricos.
Calienta el horno a 180 grados.
Para hacer la base, mezcla la harina, la harina de almendra, la mantequilla, el azúcar y la sal.
Estira esta masa sobre dos moldes de 12 centímetros dejando un pequeño borde.
Hornea a 180 grados durante 10 minutos.
Para hacer el relleno, bate el queso crema.
Añade los huevos y, una vez estén incorporados, el azúcar y la harina.
Por último, añade la mantequilla en pomada.
Agrega el interior de la vaina de vainilla y ralladura de limón, lima y naranja.
Vierte la mezcla en los moldes y hornea a 180 grados durante 7 minutos.
Hornea otros siete con el grill.
Deja reposar a temperatura ambiente un mínimo de dos horas antes de servir.
No puede pasar por la nevera.
La base la mejor, con diferencia.
Me gusta ese toque cítrico.
Es interesante, queda muy bien.
Ahora, tienes que tener mucha hambre, ¿eh?
Digamos que no es la tarta de queso más ligera del mundo.
En último lugar, Cañadío.
Es una tarta legendaria, pero lo que te sale en casa deja un poquito que desear.
Está buena, pero para mí no estaría en el pódium ni mucho menos.
En tercera posición, la de Estimar.
Es original, la base es la mejor de todas, pero te comes dos cucharadas y yo, personalmente, no puedo más.
Y ahora el gran dilema: claro, esto la gente dirá que es porque soy vasco y que por eso elijo estas dos.
Pero no os dais cuenta de que yo soy de Bilbao y estas dos tartas son guipuzcoanas.
Por facilidad, por ser práctica, por hacerse en un pispás, lo siento Hilario Arbelaitz, espero que me perdones, pero tengo que dar el número uno a La Viña.
Es una pasada.
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