西语助手
2024-10-15
De ser, para muchos, la primera potencia global a perderlo todo en apenas un siglo,
es lo que le ocurrió al Imperio español también conocido como monarquía hispánica,
que llegó a controlar todos estos territorios a finales del siglo XVI y principios del XVII.
Sin embargo, el siglo XIX confirmó el fin de uno de los mayores imperios de la historia.
Desde una ambición desmedida a la aparición de otras potencias,
son varias las causas que llevaron a su caída.
En este video te contamos cómo fue este imperio y por qué se produjo su colapso.
Antes de nada, vamos a aclarar dos conceptos.
El imperio del que hablamos abarcaba territorios en Europa,
América, Asia, África y Oceanía que permanecieron bajo el control de la Corona o monarquía reinante en España entre los siglos XVI y XIX.
Pero, ¿cómo llamamos a este imperio?
"Cuando uno emplea el término imperio español,
parece que está dando por supuesto que existe una metrópoli,
España, que construyó un imperio.
Entonces yo los términos alternativos que suelo emplear son o bien monarquía católica o bien monarquía hispánica,
preferentemente monarquía católica, preferentemente monarquía católica,
porque es el nombre con el que oficialmente era conocido".
Según muchos historiadores, el surgimiento de España como nación política no ocurre hasta la disgregación de la monarquía católica en el siglo XIX,
al igual que lo hacen México, Argentina o Perú.
Con esto aclarado, vamos a ver por zonas lo que llegó a ser aquel imperio.
Comenzamos por América… El 12 de octubre de 1492,
el explorador Cristóbal Colón llegó por primera vez al continente americano culminando la expedición financiada por los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.
Y desde entonces, la monarquía hispánica expandió sus dominios por toda esta superficie de América.
Un territorio que fue estructurado en 4 virreinatos y en el que se implantó el catolicismo.
Pero el proceso de colonización también diezmó a la población nativa,
debido a las guerras de conquista, en las que también se enfrentaron pueblos nativos rivales.
Aunque la de América no fue la única expansión.
Tras la consecución de la primera vuelta al mundo en 1522,
la Corona hispánica puso también sus miras en el Pacífico.
Así es como llegó a dominar lo que hoy es Filipinas y una multitud de islas en este océano,
como los archipiélagos de las Islas Marianas o las Islas Carolinas.
En África, el imperio incluyó algunas ciudades en la costa norte,
así como el Sáhara español y la Guinea española.
Por último, también hay que echar un vistazo a Europa.
Más allá de la consolidación de los territorios que hoy conocemos como España,
la Corona hispánica llegó a controlar todo esto.
Y a todas estas conquistas, hay que añadir que entre 1580 y 1640,
Portugal y sus dominios coloniales en Brasil,
África y Asia quedaron también bajo el control de los monarcas españoles.
Es lo que se llamó la Unión Ibérica.
El imperio dominado por la monarquía hispánica se convirtió,
para muchos, en la primera potencia global durante los siglos XVI y XVII.
Entonces, ¿cómo se produjo su colapso?
Una de las causas fue que las riquezas generadas por el imperio,
por ejemplo, con la extracción de metales en América,
no se destinaron en desarrollar una industria moderna,
sino, sobre todo, en la gran cantidad de guerras que mantenía.
"Es una monarquía que tiene guerras contra los turcos,
tiene guerras en Alemania, tiene guerras contra los protestantes,
tiene guerras contra Francia, tiene guerras contra Inglaterra…
Entonces, llega un momento en que la crisis es inevitable por falta de recursos…
La causa es la propia ambición de la monarquía".
Además, Inglaterra y Holanda se convirtieron en una fuerte competencia comercial,
lo que disminuyó los ingresos que la corona obtenía de América.
Y, poco a poco, fue perdiendo influencia y territorios en Europa.
Con el Tratado de Utrecht entre 1713 y 1715,
la monarquía católica perdió sus posesiones en Europa central,
Italia y la zona de los Países Bajos que aún controlaba.
Y, como detalle, fue entonces cuando Gibraltar pasó a manos de Gran Bretaña.
Este último país se convirtió en la nueva potencia marítima y Francia,
que incorporó varios de los territorios que pertenecían a la monarquía hispánica,
se consolidó como la gran potencia europea.
Pero lo que confirmó el fin de la llamada monarquía católica como gran potencia fue la invasión napoleónica a España entre 1808 y 1814.
Las tropas francesas ocuparon el país y Napoleón nombró a su hermano José Bonaparte como nuevo rey de España en lugar de Fernando VII...
Esta inestabilidad en España alentó el movimiento independentista en América liderado por, entre otros, Simón Bolívar o José de San Martín.
Aunque las tropas francesas fueron expulsadas de España y regresó la monarquía española,
durante los siguientes años se fueron formando,
una a una, multitud de repúblicas independientes en los territorios que durante tres siglos fueron controlados por la monarquía hispánica.
Así es como el imperio quedó reducido a algunos territorios en África,
las islas de Cuba, Puerto Rico y Filipinas y lo que hoy es España.
Porque fue entonces, durante las siguientes décadas del siglo XIX cuando se formó ya la idea de España como nación política y el resto de territorios quedaron como colonias,
con un régimen y leyes especiales.
Aunque en 1898 España recibió un duro golpe, con el conocido como Desastre del 98.
En aquel momento, España estaba inmersa en la guerra de Independencia cubana.
Fue entonces cuando Estados Unidos, apoyándose en su política exterior de "América para los americanos",
declaró la guerra a España y esta última salió duramente derrotada.
Así es como España perdió sus últimas colonias de ultramar.
Cuba quedó bajo tutela de Estados Unidos,
mientras que Puerto Rico y Filipinas pasaron a ser dependencias territoriales de Estados Unidos,
que se confirmó ya como una potencia mundial.
"Para Estados Unidos, además, Cuba era la puerta de entrada a América Latina en un momento en el cual Estados Unidos empieza a aparecer en el mundo como potencia hegemónica".
Si las independencias americanas pusieron fin al imperio de la monarquía hispánica,
el Desastre del 98 significó el fin,
ahora sí, del imperio español.
Y las consecuencias de aquello, según los expertos,
no fueron tanto a nivel económico, sino más bien a nivel espiritual o intelectual.
Dejó entre la sociedad española un sentimiento de fracaso por la pérdida de las colonias y facilitó el impulso de los nacionalismos vasco y catalán como movimientos políticos.
Ya durante el siglo XX, España perdió también sus principales territorios en África continental,
salvo las ciudades autónomas de Ceuta y de Melilla.
Y así definitivamente se puso fin al primer imperio global,
cuya ambición desmedida acabó convirtiéndose en la principal causa de su colapso.
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