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A veces la única opción que tenemos es confiar en nuestra memoria.

Pero ¿si te digo que muchos de estos recuerdos pueden ser falsos?

O sea, seguramente alguna vez reviviste una experiencia y te diste cuenta de que no era tan increíble o tan horrible como la recordabas.

Aquí tu cerebro te está engañando y no es porque tengas mala memoria,
sino porque así funciona la mente humana.

La memoria no es como una grabadora.

No almacenamos recuerdos exactos, sino versiones editadas de lo que vivimos.

Cada vez que recuerdas algo, es como abrir un archivo y reescribirlo sin darte cuenta.

Un estudio de la Universidad de Northwestern encontró que cuanto más revives un recuerdo,
más lo modificas.

La mente reinterpreta eventos pasados según lo que sabemos hoy,
así que cada recuerdo es una copia de una copia de una copia hasta volverse irreconocible.

Por eso algunas cosas que cree que recordar con claridad nunca pasaron así.

Imagínate que recuerdas una fiesta increíble.

En tu cabeza todo fue perfecto, pero en realidad olvidaste detalles incómodos.

La música estaba demasiado alta, alguien te tiró un vaso con agua, o te aburriste en un momento.

Tu cerebro rellenó los huecos con información más agradable, pero al opuesto, también lo ocurre.

Un recuerdo triste puede volverse aún peor en tu cabeza,
porque lo revives con una carga emocional más fuerte.

Esto se debe a un fenómeno llamado "reconsolidación de la memoria",
donde al recordar algo, las neuronas ajustan la información y pueden alterarla sutilmente.

Teóricamente has tenido alguna que otra pelea con algún ser querido.

Aquí cuando tú te encuentras solo y empiezas a recordar la pelea estás alimentando o editando esa memoria,
todo gracias a la emoción que estás sintiendo en ese momento como el enojo, la tristeza, etc.

Esto lo que hace es que la que realmente viste no se guarde en tu cerebro y que lo que tú recuerdas sea algo diferente a lo que en realidad pasó.

Tal vez hayas oído hablar del efecto Mandela,
ese fenómeno donde miles de personas recuerdan algo de una manera,
pero en realidad nunca sucedió así.

Digamos, el Monopoly nunca tuvo un monóculo.

Pikachu nunca tuvo la punta de la cola negra.

Darth Vader nunca dijo: "Luke, yo soy tu padre", sino "No, yo soy tu padre".

Este efecto se debe a que la memoria es influenciable.

Cuando varias personas recuerdan mal lo mismo,
el cerebro empieza a rellenar huecos con información ajena,
reforzando una falsa realidad.

Ahora, tu memoria no solo es imperfecta, sino que también puede ser manipulada por tu entorno.

En los años noventa, la psicóloga Elizabeth Loftus realizó un experimento en el que logró implantar falsos recuerdos en las personas.

Aquí lo que hizo fue mostrarle a los participantes fotos de su infancia,
y entre ellas les hizo creer que alguna vez se habían perdido en un centro comercial cuando eran niños.

Muchas personas juraban recordar el evento con detalles vívidos, a pesar de que nunca sucedió.

Esto demostró que los recuerdos pueden ser falsificados con suficiente repetición y sugestión.

Un estudio de neurociencia mostró que el 50% de las personas pueden llegar a recordar cosas que nunca ocurrieron si se les sugiere de la manera correcta.

Tu memoria no es solo frágil, es manipulable.

Tu cerebro hace esto por eficiencia, en lugar de guardar datos exactos, optimiza el almacenamiento.

Pero a veces en el proceso agrega, borra o cambia información.

Las neuronas en el hipocampo y la corteza prefrontal son las responsables de almacenar y recuperar recuerdos.

Sin embargo, cada vez que accedes a un recuerdo,
las conexiones neuronales se modifican,
lo que significa que cuanto más recuerdas algo,
más lo puedes alterar.

Por eso dos personas pueden recordar un mismo evento de formas completamente diferentes, una locura.

Pero por eso hay que tener cuidado qué consumes en redes y a quién estás escuchando,
porque eso que tú juras que pasó tal vez es solo una ilusión y una historia que tu cerebro sigue reescribiendo.

Bye bye.