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Cómo leer transforma el cerebro y los riesgos que pueden surgir debido al exceso de pantallas

Cuando leíste el título de este vídeo,
activaste unos circuitos cerebrales que los humanos tardamos miles de años en desarrollar:
los de la lectura.

De codificar letras, símbolos y significados transformó nuestros cerebros y creó algo que no existía cuando surgió nuestra especie.

「Pensamos que el lenguaje es natural y la lectura es lenguaje escrito, por lo que debe ser natural, pero no lo es.」

「No es natural en absoluto.」

¿Pero puede ser que esta habilidad tan compleja e importante para los seres humanos este en riesgo debido a los excesos de la tecnología?

De eso hablamos en este vídeo.

Maryanne Wolf, científica cognitiva y autora de "El Cerebro Lector",
dice que un cerebro neurotípico nace con los circuitos que permiten que nuestros ojos vean y que nuestras cuerdas vocales produzcan sonidos del habla,
pero no nace con un circuito que nos permita leer.

En otras palabras, descifrar símbolos comenzó a requerir del cerebro algo más que simplemente ver.

Era necesario asociar ese símbolo con algún objeto, concepto o emoción y también con algún sonido.

Los científicos creen que nuestros antepasados crearon nuevos circuitos cerebrales para esto,
reciclando los antiguos circuitos utilizados para el reconocimiento de objetos.

El pueblo sumerio, originario de la región de Mesopotamia,
donde hoy se encuentra Irak, es considerado el precursor de la escritura alrededor del año 3300 a.C.

Probablemente coincidió con una época similar a la del desarrollo de los jeroglíficos por parte de los egipcios.

Los sumerios crearon el sistema cuneiforme que utilizaba símbolos para tallarlos en arcilla.

Estos símbolos se fueron haciendo más complejos y comenzaron a parecerse a caracteres.

Esta evolución continuó con los sistemas de escritura posteriores y con todo el conocimiento acumulado que nos proporciona la lectura y la escritura.

Hoy en día los científicos saben que la lectura activa varias áreas de ambos hemisferios cerebrales para asociar letras y palabras con sonidos y diversos significados.

Un experimento realizado hace años por el investigador estadounidense David Sweeney descubrió que,
al leer una palabra sencilla, activamos en el cerebro no solo su significado básico,
sino también toda una serie de conceptos relacionados.

En aquel experimento, cuando los participantes leían la palabra "bug",
utilizada en inglés para describir insectos,
imaginaban también los "bugs" o errores informáticos o los coches "Beetle",
que en inglés significa escarabajo.

Y hay otra curiosidad: el idioma que aprendemos moldea nuestro cerebro.

Tomemos el caso del chino, uno de los idiomas más antiguos del mundo y escrito en el llamado sistema logográfico.

Cada idea o palabra, por ejemplo, se representa mediante un símbolo en lugar de un conjunto de letras del alfabeto.

Las investigaciones indican que aprender sistemas logográficos activa áreas del cerebro diferentes a las que se activan,
por ejemplo, al aprender español o inglés.

En particular, se activan las regiones implicadas en la memoria visual y la asociación visual.

Una de las maneras en que los científicos descubrieron esto fue estudiando a un paciente bilingüe que sabía chino e inglés.

Este hombre había sufrido un derrame cerebral que afectó a algunas áreas de cerebro,
pero sólo afectó su capacidad para leer chino,
mientras que su conocimiento del inglés permaneció intacto.

「Es un hermoso ejemplo de cómo el circuito cerebral refleja los requerimientos del chino, los que inevitablemente significa más memoria visual y procesamiento visual de ese bello entramado de símbolos y caracteres.」

Y sea cual sea el idioma, sumergirse en la lectura y dejarse llevar por la historia que cuentan las palabras también provoca cambios constantes en el cerebro.

「Entonces tienes nuevas conexiones entre las regiones visuales y del lenguaje.

Imagina eso cuando lees una novela, utilizaré Anna Karenina porque siempre es mi ejemplo favorito.」

Anna Karenina, quizás ya lo sepan, es un famoso clásico de Tolstói y cuenta la historia de un trágico triángulo amoroso en la Rusia del siglo XIX.

「Si lees Anna Karenina en este pasaje horriblemente dramático y triste donde ella decide saltar delante de un tren.」

「Hay estudios que demuestran que cuando un lector lee que ella salta, se activan sus regiones motoras.」

「Saltamos con la página. Saltamos con Anna. 」

「Y eso, por supuesto, es una nueva conexión.」

「Cuánto más lees, más se va desarrollando ese sistema.」

「Aporta todo ese conocimiento previo, toda esta construcción de procesos que llamo lectura profunda.」

De hecho este proceso de aprendizaje comienza antes de la alfabetización formal:
empieza cuando los bebés escuchan cuentos en el regazo de los adultos o cuando ven libros ilustrados,
incluso aunque aún no puedan descifrar las letras.

Y además el niño desarrolla habilidades emocionales cruciales como la empatía y la capacidad de ponerse en la piel de un personaje de la historia.

Pero este proceso no siempre es fácil.

Maryanne Wolf dirige un centro de investigación especializado en dislexia,
una dificultad para aprender a leer y escribir,
que afecta, según diversas estimaciones,
a entre el cuatro y el diez por ciento de la población mundial.

Los niños con dislexia también suelen tener dificultades para distinguir sonidos y fonemas dentro de las palabras o para recordar la información que ven y oyen.

Las causas aún se están estudiando, pero algunas de las hipótesis que Maryanne Wolf cita para la dislexia son por ejemplo un posible fallo en las estructuras cerebrales del lenguaje o la visión,
o que los lectores con dislexia parecen utilizar circuitos cerebrales diferentes a los de un lector típico.

Lo más triste de esto, según Maryanne Wolf,
quien tiene un hijo disléxico, es que a muchos niños con dislexia a veces se les etiqueta como incapaces o perezosos,
lo que puede afectar su autoestima y su vida académica.

Pero no podemos olvidar que muchas personas con dislexia son consideradas excepcionalmente creativas e inteligentes.

Incluso se debate si grandes genios de la humanidad como Leonardo da Vinci,
Thomas Edison o Albert Einstein pudieron haber sido dislexicos.

Algunos investigadores han llegado a esta conclusión,
por ejemplo, a partir de las notas de da Vinci,
quien tenía dificultades para leer,
y a veces escribía de derecha a izquierda o con errores ortográficos y sintácticos.

Pues bien, hoy en día existen muchas estrategias para ayudar a los niños con dislexia y otras dificultades de lectura.

「Se trata realmente de ayudar a nuestros hijos a descubrir por sí mismos cómo se siente un santuario de lectura donde pueden sentirse seguros y, por suepuesto, las historias son muy simples al principio y luego se vuelven complicadas, pero enfatizan la deducción, la empatía y que piensen con sus propias ideas.」

Eso sí, el hecho de que la lectura no sea una capacidad innata en los humanos,
sino algo adquirido y perfeccionado a lo largo de los milenios,
plantea un debate importante: ¿están los hábitos digitales atrofiando esta capacidad?

Piensa en cómo lees en la pantalla de tu celular o tablet.

¿Das un vistazo rápido?

¿Te desplazas por la pantalla y te detienes con cada notificación de WhatsApp?

Esto es cada vez más común.

El problema, según Maryanne Wolf, es que limitarnos a esta lectura superficial puede perjudicar nuestra capacidad de sumergirnos en un texto,
comprender argumentos complejo, realizar un análisis crítico,
identificar noticias falsas, o simplemente ahondar en la belleza de un libro bien escrito.

「Están hojeando. Hay estudios del movimiento ocular que muestran que cuando hojeas realmente solo estás muestreando maturial, generalmente F o Z, y detectas la palabra, entiendes la esencia, pero en realidad te pierdes mucho.」

「Incluyendo, no solo datos y hechos absolutos, sino que pierdes todo el propósito que el escritor intenta transmitir, que es brindar la belleza del lenguaje.」

Este es un escenario complejo en un mundo digitalizado.

Algunas investigaciones académicas indican,
por ejemplo, que los niños que usan teléfonos celulares desde pequeños pueden tener un peor rendimiento escolar más adelante.

「A los ocho años, la cantidad de exposición digital predice su procesamiento de la función ejecutiva atencional y su rendimiento académico.」

「Y es negativo. Cuanto más digital, peor rendimiento académico.」

「Imagina que si ese cerebro está constantemente distraído e hiperestimulado, vas a tener neurotransmisores trabajando sin parar.」

「No van a ser capaces de pasar realmente de un estímulo al otro sin el deseo de intervalos cada vez más cortos entre estímulos.」

「Luego tienes niños que se desconectan y que dicen que están aburridos o les gritan a sus padres.」

Y en la adolescencia este problema se intensifica.

「Lo que hemos encontrado ahora y lo que otros investigadores están encontrando es que la cantidad de tiempo que los adultos jóvenes pasan en las redes sociales y frente a las pantallas es probablemente cercana al 40% de sus horas de vigilia.」

Estos son elementos que forman parte de lo que los investigadores denominan "una crisis de lectura" y si tú tienes un niño pequeño quizás te estés preguntando "¿Cómo puedo garantizar que tenga todo el desarrollo cerebral que aporta la lectura?

「El antídoto para que todo esto no ocurra es el más sencillo y hermoso, y es que nuestros hijos estén inmersos en la lectura y tengan una vida lectora. Y tú, ¿eras consciente de lo que afecta la lectura en nuestro cerebro?」