西语助手
2025-03-30
Aunque vivimos en Francia, la lengua materna de mis hijos es el español,
porque yo, su madre, soy española.
Y de todas formas, ellos estudian mi idioma desde pequeños en la escuela francesa.
Precisamente un día a la vuelta del colegio,
por curiosidad le pregunté a mi hija:
"¿Qué tal es tu profesor de español?"
"Bueno", me dijo, "desde que empezó el curso, toda la clase le llama vale, vale".
Los alumnos se burlan de él, pero a mí me da mucha tranquilidad.
Significa que este profesor es un auténtico español,
vamos, como yo, que también repito la palabrita cada dos por tres.
Pero es que "vale" vale para casi todo,
pues es normal si tenemos en cuenta que es,
además de un verbo, un sustantivo y también una interjección.
Un poco de etimología: "vale" viene del verbo latino "valere",
que quiere decir "estar sano".
"Vale" es la segunda persona del singular del imperativo,
y significa literalmente "consérvate sano, cuídate".
Por eso nuestros antepasados, en lugar de decir "adiós", se despedían con un "vale".
Por cierto, ¿saben cuál es la última palabra de El Quijote, justo antes de la palabra "fin"?
Exactamente, "vale".
Así es como Miguel de Cervantes se despide de sus lectores,
con su "vale" les desea que conserven su buena salud.
Pero cuidado, es exactamente lo contrario de "el último vale",
una fórmula con la que antiguamente se expresaba "el último adiós que se le daba un difunto".
Cuando se utiliza como verbo "valer", tiene muchos significados.
He aquí algunos ejemplos.
Esta alumna vale mucho.
Es muy buena, tiene talento, trabaja bien.
¿Cuánto vale la matrícula en la escuela?
Sí, lo han adivinado, ¿cuánto cuesta?
O bien si digo "Esta alumna se vale por sí sola" significa que,
efectivamente, es capaz de arreglárselas por sí misma.
Ahora bien, si añadimos "ya" con un puntito de irritación,
así, "¡ya vale!", significa "¡Para, ya está bien!"
Si utilizamos "vale" como sustantivo, un "vale" es entonces un recibo, un tique o un resguardo.
Este es un uso más reciente de la palabra "vale".
Y así llegamos a la interjección, al vale que utilizamos a todas horas y en cualquier circunstancia.
Es verdad que nos sirve para todo, pero atención, no todos nuestros vales significan lo mismo.
La clave está en el tono que empleamos.
¿Vienes al cine?
Vale. Me encanta la idea.
Vale. Me da igual.
Vale. No me apetece mucho, pero voy.
¡Vale, vale! Ya te he oído, no me lo vuelvas a preguntar.
Vale que compramos palomitas.
¿Estás de acuerdo en que compremos palomitas?
Todas las lenguas tienen sus propios tics lingüísticos.
Los alemanes usan "genau" con mucha frecuencia.
Los franceses dicen "voilà" en cuanto pueden.
Nosotros utilizamos "vale".
Bien es verdad que con este vale desvelamos inmediatamente nuestra nacionalidad.
Nuestro vale nos reconforta, nos gusta.
Decir vale es positivo.
Vamos a ver, qué español no se ha sorprendido alguna vez diciéndose a sí mismo en voz alta "vale, vale"
para darse ánimos cuando está inmerso en una tarea complicada.
Es nuestro "ok".
De hecho, podemos decir que nos libera del uso masivo que hacen otras lenguas de este horrible anglicismo.
Pero seamos sinceros, en realidad, si abusamos del vale, es ni más ni menos que por pura pereza.
¿Qué sentido tiene buscar sinónimos o expresiones más largas o mejor elaboradas?
Pues que a la larga corremos el riesgo de empobrecer nuestro vocabulario.
Así que vale ya de decir "vale".
Vale.
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