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Cada año se venden tres mil millones de huevos Kinder en todo el mundo,
un irresistible huevo de chocolate con una sorpresa en su interior.

Pero, ¿Cómo se hacen los huevos Kinder sorpresa?

Visitamos la fábrica de Ferrero para descubrir cómo se produce uno de los dulces más populares del mundo.

Los huevos Kinder fueron creados por Michele Ferrero, el fundador de la empresa italiana, en 1974.

Inspirado en la tradición italiana de los huevos de pascua,
que esconden sorpresas en su interior,
Michele Ferrero tuvo una visión innovadora:
recrear esa experiencia mágica, pero disponible durante todo el año.

Para lograrlo, Ferrero combinó su experiencia en la producción de chocolate con una idea revolucionaria:
incluir un pequeño juguete sorpresa en el interior del huevo.

Así nació el Kinder Sorpresa, un producto que rápidamente conquistó el corazón de niños y adultos.

El huevo está compuesto por una cáscara de chocolate con leche por fuera y chocolate blanco por dentro,
que encierra una cápsula amarilla con el juguete sorpresa.

Sorprendentemente se cree que el color amarillo de la cápsula es una referencia a la yema del huevo,
reforzando la conexión visual con el concepto original.

Tras su lanzamiento, el Kinder Sorpresa tuvo un éxito inmediato en Europa,
comenzando por Francia y expandiéndose rápidamente a otros países del continente.

Con el tiempo también logró conquistar los mercados de América Latina, Asia y otras regiones.

Sin embargo, en los Estados Unidos enfrentó un desafío significativo debido a las regulaciones de la FDA que prohíben incluir objetos no comestibles dentro de alimentos.

En respuesta, la empresa lanzó una alternativa llamada “Kinder Joy” en la que el juguete está separado del chocolate,
cumpliendo así con las leyes estadounidenses.

Hoy en día, el Kinder sorpresa es mucho más que un dulce,
es un símbolo de creatividad, tradición y alegría,
que ha marcado generaciones con su mezcla única de sabor y emoción.

Pero, ¿cómo se produce este delicioso huevo de chocolate?

La elaboración de los huevos de chocolate Kinder Sorpresa comienza con la selección y adquisición de ingredientes de alta calidad.

Los granos de cacao se obtienen de los árboles de cacao cultivados en regiones tropicales,
principalmente en África occidental,
como Costa de Marfil y Ghana.

Los agricultores cosechan las vainas maduras a mano,
las abren y extraen las semillas rodeadas de pulpa.

Durante siete días, la pulpa se descompone y los granos fermentan.

Este proceso desarrolla los precursores del sabor característico del cacao.

Después de la fermentación, los granos se secan al sol durante diez días,
lo que reduce su contenido de humedad y facilita su almacenamiento y transporte.

Los granos secos se envían a las fábricas donde se limpian cuidadosamente para eliminar impurezas como polvo y piedras.

A continuación, se almacenan en condiciones controladas hasta su uso.

La leche utilizada proviene de granjas lecheras que cumplen con estándares estrictos de calidad y sostenibilidad.

Para garantizar una vida útil prolongada y una mejor integración con otros ingredientes,
la leche se somete a un proceso de secado.

Primero, se pasteuriza para eliminar bacterias.

Luego, se somete a un proceso desecado por atomización,
en el que la leche líquida se pulveriza en una cámara de aire caliente,
convirtiéndola en leche en polvo.

La leche en polvo se empaqueta herméticamente y se almacena en condiciones específicas para mantener su frescura y calidad.

El azúcar se obtiene de la caña de azúcar cultivada en climas tropicales.

Los tallos de la caña de azúcar se trituran para extraer el jugo.

El jugo obtenido se filtra, se purifica y se cristaliza para obtener azúcar refinada.

El azúcar se blanquea y se purifica para garantizar que tenga una textura fina y un sabor neutro,
ideal para mezclarse con los demás ingredientes.

El azúcar refinado se transporta hasta la fábrica y se almacena en silos hasta su uso en la producción.

Una vez que todos los ingredientes llegan a la fábrica, comienza el proceso de producción.

Durante el procesamiento de los granos de cacao, se obtiene la pasta de cacao.

La pasta de cacao se prensa para separar sus componentes principales:
la manteca de cacao, una grasa natural que se usa para darle al chocolate su textura cremosa;
y cacao en polvo, utilizado para el sabor y el color del chocolate.

La manteca de cacao se filtra y se purifica para eliminar cualquier impureza.

Una vez que obtiene la manteca de cacao, se procede a mezclar los ingredientes.

La leche en polvo, el azúcar y la lecitina de soja se pesan y se combinan en proporciones exactas para crear las dos capas características del huevo.

La capa externa de chocolate con leche, con un equilibrio entre el cacao y la dulzura;
y la capa interna de chocolate blanco, con un sabor más cremoso y dulce.

Se mezclan en grandes recipientes rotativos a temperaturas controladas,
asegurando una integración homogénea de todos los componentes.

La mezcla inicial de ingredientes pasa por un conjunto de rodillos de acero que la comprimen y reducen las partículas de los sólidos a tamaños microscópicos,
generalmente menores a veinte micrómetros.

Este proceso asegura que el chocolate tenga una textura suave y no sea arenoso al paladar.

El conchado es un paso clave en la producción de chocolate de alta calidad.

Se lleva a cabo en grandes máquinas llamadas conchas,
donde la mezcla de chocolate se agita constantemente bajo calor.

Durante este proceso, se eliminan compuestos amargos y volátiles,
dando lugar a un sabor más equilibrado y suave.

El chocolate adquiere una consistencia cremosa y uniforme.

A continuación, el chocolate pasa por un proceso llamado templado.

Es un proceso de enfriamiento y calentamiento controlado,
que estabiliza los cristales de manteca de cacao,
esencial para lograr un chocolate con un acabado brillante y una textura firme que no se derrite con facilidad.

Una vez templado, el chocolate se almacena en tanques a una temperatura de treinta grados centígrados,
para mantener su fluidez y calidad hasta que se utilice en el proceso de moldeo de los huevos.

Durante esta etapa se agita constantemente para evitar la formación de grumos.

Se monitorea la temperatura y la viscosidad para garantizar que el chocolate este listo para la siguiente etapa.

El resultado de este proceso es un chocolate de alta calidad, listo para ser moldeado en la forma característica de los huevos Kinder Sorpresa.

Los moldes utilizados para formar los huevos están hechos de plástico y tienen la forma característica del huevo Kinder.

A continuación se limpian y esterilizan minuciosamente para garantizar la higiene y evitar cualquier contaminación.

Se precalientan ligeramente para que el chocolate fluya y se adhiera correctamente.

Tras la preparación de los moldes, es momento de llenarlos con el delicioso chocolate.

El chocolate con leche, previamente templado,
se vierte en los moldes a través de boquillas dosificadoras.

Los moldes se colocan en una máquina rotatoria que los hace girar en todas las direcciones.

Este movimiento asegura que el chocolate cubre uniformemente las paredes internas del molde,
formando una capa fina y homogénea.

Los moldes pasan por una cinta transportadora que los distribuye a un túnel refrigerado.
Aquí el chocolate se enfría a una temperatura específica,
lo que permite que la capa externa endurezca lo suficiente para soportar la siguiente capa.

Una vez que la capa de chocolate con leche se ha solidificado,
se vierte una capa más fina de chocolate blanco dentro de los moldes.

Los moldes vuelven a girar para que el chocolate blanco recubra uniformemente el interior de la capa de chocolate con leche.

Cada huevo Kinder incluye una cápsula plástica amarilla que contiene la sorpresa.

Estas cápsulas se fabrican y ensamblan en una línea de producción separada,
donde se insertan cuidadosamente los juguetes.

Las cápsulas se someten a controles estrictos para garantizar su seguridad.

Seguidamente las cápsulas se posicionan automáticamente en el centro de una de las mitades del huevo.

Las dos mitades del huevo, una con la cápsula y otra sin ella, se alinean automáticamente mediante máquinas de alta precisión.

Las mitades se unen aplicando una ligera presión y un poco de calor, para que el chocolate actúe como pegamento natural.

Este paso asegura que el huevo quede completamente sellado y que la cápsula de la sorpresa quede segura en su interior.

Los huevos completos pasan por inspecciones automáticas y manuales para verificar que las mitades estén bien alineadas y el sellado sea perfecto.

El resultado de este paso son huevos Kinder sorpresa completamente formados, listos para pasar a la etapa de empaque.

Cada huevo Kinder sorpresa se envuelve individualmente en una lámina de aluminio fina, especialmente diseñada para evitar la exposición a la luz y la humedad y preservar la frescura del chocolate.

Las láminas de aluminio se cortan en tamaños específicos y se aplican mediante máquinas automáticas que envuelven cada huevo, y cierran el envoltorio mediante presión y calor.

Sensores y cámaras verifican que todos los huevos estén correctamente envueltos y que el diseño sea legible y uniforme.

Los huevos Kinder sorpresa llegan a los consumidores en perfectas condiciones, con un diseño atractivo, chocolate de alta calidad y una sorpresa emocionante en su interior.