西语助手

Esto le va a encantar, espéreme aquí, espéreme aquí, espéreme aquí.

Buenas noches.

Muy buenas noches.

Teníamos reservado una mesa para cinco, al nombre Carlos.

Carlos, vamos a ver.

Efectivamente, Carlos, tres personas, perfecto.

-Si son tan amables... -Perdona, habíamos hecho la reserva para cinco.

Sí, somos conscientes que ustedes habían hecho una reserva para cinco.

Lamentablemente, en las actuales circunstancias, solo podremos ofertarle una mesa para tres.

Vamos a ver, hemos llegado exactamente a la hora de la reserva y la reserva era una mesa para cinco.

No pueden decirnos ahora que solo tienen una mesa para tres.

Sin ánimo de contradecirle, don Carlos, definitivamente es una mesa para tres.

Y les hemos colocado justo al lado del glorioso ventanal.

No queremos una mesa para tres al lado del ventanal, queremos una mesa para cinco. Cinco.

Lo que consta, lo que consta en la reserva.

A ver.
Hola.
Oye, que si se os ha alargado uno de los turnos y tenemos que esperar 10, 15 minutos,
que tampoco pasa nada.

Si lo importante es volver a vernos después de tanto tiempo.

¿No?

Sin duda, eso es lo más importante.

Se disculpan un minuto mientras ustedes deciden tranquilamente si se quedan con la mesa.

¿Y eso por qué?

No os extrañe que aquí pase ya como en los aviones con el overbooking,
que venden más plazas de las que tienen.

No pensaréis iros, ¿no?

A mí me da igual, vamos, yo, como digáis.

Que no, que no, que no vamos a ir.

Además, tenemos reserva.

Mira, si la han cagado ellos, que se busquen la vida.

Esta gente no sabe quién soy yo.

Oye, ¿sabéis si ha abierto aquel Oriental Fusional que fuimos hace años para el cumpleaños de Adela?

A lo mejor les queda alguna mesa.

Salgo y llamo por teléfono, a ver.

Carlos.
Digo que igual... Basta con que nos pongan dos sillas extras en la mesa de tres.

Porque, vamos, que a mí me da igual comer en una esquinita.

Discúlpeme, caballero, la política del restaurante no nos permite eso.

En cualquier caso, deberían decidirse ya.

Tenemos una lista de espera realmente nutrida.

Así no nos metas prisa, querido.

Que el error ha sido vuestro.

No se trata de un error, don Carlos.

En las actuales circunstancias, solo podremos ofertarle una mesa para tres.

¡Ah!

Pues yo ceno aquí, tengo que cenar, se lo prometí a mis followers.

Sí, está todo el mundo deseando ver tus fotos.

A lo mejor es que... No, no tienen comida para todos, ¿no?

Por favor, cariño, ¿cómo no va a haber comida para todos?

No me seas ridículo.

Oye.

¿Y si resulta que todo esto es un rollo cámara oculta?

Pues sí.

Es que el otro día había anunciado en televisión un programa que va de eso.

Ya os digo yo que en un restaurante como este, el tema cámara oculta como que no.

Chicos.

En el Oriental no hay mesa y está empezando a llover.

Agua.

Mire, ya he estado antes en restaurantes de mucha categoría y lo que nos estáis haciendo no es normal.

Así que si eres tan amable, déjanos el libro de reclamaciones.

No, no, un momentito, Carlos.

No te precipites, ¿vale?

¿Nos puedes dar cinco minutitos, por favor?

Solo cinco.

¿Cómo no?

Gracias.

Vamos.

¿Qué pasa?

A ver, a ver.

Digo yo que con lo que nos ha costado reservar mesa será mejor que cenemos tres a que no cenemos ninguno.

Ah, que tú te incluyas ya.

¿Cómo?

Has dicho que será mejor que cenemos tres.

Das por hecho que si nos quedamos tres, tú vas a ser una.

¿Acabas de hacer lo mismo?

¿Cómo?

¿Has dicho?

Si nos quedamos tres, te acabas de incluir.

Era una forma de hablar, hombre.

Era una forma de hablar, lo mío también.

A ver qué os parece esto.

Si queréis, nos vamos todos a mi piso, nos acercamos y yo preparo algo de comer.

Y así lo veis.

Y, total, lo importante es volver a estar juntos, ¿no?

Mira, yo personalmente te lo agradezco,
pero creo que hablo en nombre de todos cuando digo que lo que hoy nos hace ilusión es cenar aquí.

Bueno, pues vamos a intentar solucionar esto como adultos. ¿No?

Venga, así.

Vamos a intentar adaptarnos y a ser resilientes.

¿Resilientes?

Ahí que se note en los cursillos de liderazgo empresarial.

Oye, ¿por qué no lo hablamos todo esto fuera?

Estamos aquí en todo el medio.

Juan. Pero si fuera a estar lloviendo.

Yo de aquí no me muevo.

Bueno, si lo decimos al hombre este.

Él no nos conoce, será imparcial.

Que elija tres.

Esa es buena idea.

No, no será imparcial, porque conmigo ya lo he tenido.

No, olvídate.

Claro, claro, tiene razón.

Bueno, pues vamos a hacer una cosa.

Vamos a decir cada uno una razón de peso por la que debemos ser uno de los tres que nos llevamos a cenar.

Eso no es mala idea.

Pues entonces vamos.

Juanjo, una buena razón para quedarte.

¿Yo?

Sí.

Bueno, no sé, no sé, yo soy una persona que no le gustan los conflictos,
así que conmigo tendrías una cena muy relajada, tranquila.

Y aburrida.

Maite.

Yo.
Yo debo cenar aquí por generosidad.

Generosidad.

Sí, sí, porque, a ver, de alguna manera,
cenar aquí y compartirlo con mis followers es un poco como si ellos también hubieran cenado aquí.

Héctor, una razón.

Bueno... suponiendo que esto no sea ninguna cámara oculta.

Yo creo que tengo que cenar aquí porque si no os ibais a aburrir,
soy el único que cuenta chistes que hace coñas.

Ya está. Esa es mi razón.

Carlos, ¿quedas tú?

Yo tengo que cenar aquí porque este tipo de restaurante es abrir para gente como yo.

¿Cómo gente como tú?

Sí, gente hecha a sí misma, con vocación del líder,
gente con el gusto y los mecanismos mentales necesarios como para disfrutar de un lugar sofisticado como este.

Carlos, creo que tú has abierto una ferretería.

Que le pusiste un nombre en inglés, sí, pero es una ferretería.

Ferretería franquiciable.

Ojo, el modelo de negocio no es el mismo.

Pero entiendo que gente como vosotros no vean la diferencia.

¿Y tú?

¿Qué razón tienes para ser una de los tres?

Bueno, una o dos.

¿Cómo?

Digo que ahora comes por dos, ¿no?

Ya, supongo que sí, claro.

Mira, ahora en serio, no te lo he querido decir hasta ahora,
pero creo que tu estado no es el más adecuado para cenar en un sitio como este.

¿Perdona?

Yo he leído que el gusto y el olfato cambian con el embarazo, los sabores se distorsionan.

Ay, qué pena que los sabores se distorsionen justamente en un sitio como este, ¿no?

Claro.

Además, he leído que aquí trabajan mucho los productos marinados.

Esa a ti no te viene bien.

¿No estáis hablando en serio?

Vamos a ver, ponte en nuestro lugar.

Piénsalo.

¿Quién nos dice a nosotros que no van a empezar a darte náuseas si no te traigan el primer plato?

Nos arruinarías una noche muy especial.

Hombre, mujer, es que sí vomita.

Pero que la noche es especial porque nos estamos viendo después de mucho tiempo.

Bueno, y también porque hemos conseguido reserva aquí.

Tienes que admitir que te estamos dando razones de peso para que no te quedes a cenar.

Y si lo hacemos por ti, bueno, y por el niño, claro.

Y como futura mamá, tienes una responsabilidad.

Y ahora que te has quedado sola, aún más.

¿Qué estáis diciendo?

¿Os estáis escuchando?

Oye, que a lo mejor la que no te estás escuchando eres tú.

Que nosotros queremos tú bien y tú ni siquiera lo estás valorando.

Eso es verdad.

Perdonadme, pero es que no... no sé.

Es que ahora soy yo la que cree que esto es una cámara oculta.

¿De verdad queréis que me vaya o estáis de coña?

Pero contéstame.

Discúlpenme, don Carlos necesitaría una respuesta.

Sí, perdóname, voy yo.

Espero que os siente bien la cena y no habéis amargado la noche.

Yo solo había venido para estar con mis amigos.

Ahora me sabe hasta mal que se haya ido.

Pues claro que sí.

Sí, la verdad es que sí.

Anda, vete, alcánzala y dile que venga.

Que estas cosas mejor arreglarlas en el momento.

Estas cosas en caliente, venga.

Voy a darle un toque al teléfono.

No, no, pero que el móvil lo lleva en el bolso.

Tira mejor, no te va a oír.

Claro, claro, claro.

Venga, ahora vengo con ella.

Por favor.

Venga, anda.

Te puedes creer que con todo este lío se me ha quitado esta hambre.